El príncipe Hans no tardó en llegar al lugar donde él y los suyos se asentarían durante su estancia en el reino de Arendelle, para su suerte, nadie medianamente importante se percató de su retrasada presencia, pero para su desgracia, su traje aún seguía húmedo, así como su pelo, detalle que no pasó por alto uno de sus acompañantes.
-¡Príncipe Hans! ¡¿Dónde os habéis metido?!
-Yo... bueno, he tenido algún que otro contratiempo.
-Ya veo, ¿qué clase de contratiempo? ¿Teníais mucho calor y habéis decidido daros un baño?
Hans no pudo esconder una leve sonrisa ante ese comentario, pues de una forma u otra, tenía razón.
-Sí, algo así. Además... he conocido a la princesa de Arendelle.
-Vaya, tienes suerte de que aún os permitan asistir a la ceremonia con ese aspecto. Será mejor que os preparéis, la coronación de la futura reina Elsa no tardará en comenzar y sería conveniente algo menos de humedad.
Hans aceptó sin rechistar, daba la impresión de que había comenzado con mal pie en Arendelle, pero él no lo sentía para nada así, se sentía bien consigo mismo incluso.
Pasados unos minutos, Hans lucía un nuevo e impecable traje, mucho mas elegante que el anterior, ya no tenía esos toques grises y oscuros, sino que en esta ocasión era mucho mas brillante, con un aspecto dorado sobre todo en las hombreras, que tal vez era la gran novedad respecto al anterior, pues el diseño era prácticamente muy parecido. Estaba listo para asistir a la coronación de la princesa Elsa, al menos en esas últimas horas, y verla siendo reina, podría ser un momento histórico para Arendelle, y él estaría allí para verlo.
La sala no era muy amplia que se dijera, pero sí justa para todos los que eran, o quizás es que los presentes la volvían mas pequeña, de todas formas, Hans no se fijaba en eso precisamente, era la primera vez que asistía a una coronación después de la de su hermano hace tantos años, ya ni se acordaba de cómo fue. Su asiento estaba en segunda fila, no estaba del todo mal pues podría presenciar el evento desde cerca. Y allí estaban ellas, la princesa Anna fácilmente reconocible para él, y la futura Reina. Elsa no parecía mucho mas mayor que Anna, ni siquiera mas que él, pero sí muy seria, quizás demasiado. No parecía ni molestarse en sonreír, como si algo estuviera ocupando su mente todo ese tiempo.
La ceremonia pareció alargarse un poco, o al menos se hizo pesada, tan pesada que el hombre que acompañaba a Hans durante el viaje y que hace unas horas le había llamado la atención, estaba dormido con la cabeza apoyada en su hombro.
-Tienes suerte de que te permitan asistir a la ceremonia... -pensó con algo de indignación, no parecía que se aplicara el cuento.
Pero entonces, llegó uno de los momentos mas interesantes, y no porque fuese el final, sino porque la corona de Arendelle se posaría finalmente sobre el rubio cabello de Elsa. Pero justo unos segundos antes de que eso ocurriera, Anna dirigió su mirada hacia el público, y cuando miró a Hans, éste la saludó de una forma discreta y sonriendo, obteniendo la misma respuesta.
Llegó el momento, la futura reina de Arendelle se inclinó levemente para recibir la corona sobre su cabeza, se la notaba nerviosa, y tensa, Hans no sabría decir por qué, pero imaginaba que si él estuviera en aquella misma situación, los nervios no se los quitaría nadie.
- Sehm hon hell-drr inum hellgum. Aygnum ok krundee thesum hellgah Stath, ehk the frahm furear uthear, Reina Elsa de Arendelle.
-¡Reina Elsa de Arendelle! -exclamaron todos los presentes, seguido de un aplauso conjunto.
En ese momento, a la nueva reina se la notaba algo mas relajada, aunque Hans no pudo evitar fijarse en el detalle de que se había girado demasiado rápido para devolver el cetro y el orbe. Pero los pensamientos de Hans pasaron a un segundo plano cuando debía poner atención, pues se pasó a anunciar las indicaciones para la fiesta que tendría lugar esa misma noche. Mientras así era, la reina permanecía sonriente y mirando a todos los invitados, de alguna manera se sentía más tranquila, por otro lado, Anna parecía muy emocionada cuando escuchaba las indicaciones para aquella fiesta, que también se podía catalogar de baile. Algo más llamó la atención de Hans, y fue el hecho de que las dos hermanas apenas se dirigieron la mirada, aunque Anna sí buscaba la de Elsa en muchas ocasiones. ¿Y si todos los hermanos del mundo resultaban llevarse mal y su situación era algo natural también?
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Hans Westergård.
FanfictionNadie lo ha sabido hasta ahora, pero el príncipe Hans escribió un libro. El libro de su vida. Prepárate para conocer la oscura historia que hay detrás de un corazón helado. [Algunos elementos están basados en la obra "El príncipe de fuego", y poster...