Capítulo 6: Caballos mejor que personas.

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Hans estaba muy emocionado desde aquel instante, el instante que aquella hermosa chica le sonrió y asintió a una pregunta casi espontánea que él realizó. En cambio, a Sitron no le gustó aquella mirada. Cierto es que al acariciarle el mentón el caballo pudo reír algo, pero su mirada le pareció extraña, no necesariamente tuvo que ser mala, simplemente el azul de sus ojos que tanto resaltaba junto a su oscuro cabello le pudo intimidar algo, pero sin embargo eso fue lo que cautivó a Hans. El joven se despertó entusiasmado aquella mañana, quizás mas de lo normal, pues entusiasmo no era especialmente lo que sus hermanos querían ver desde tan temprano, pero para su suerte, no vio a muchos de ellos, o casi no reparó en ellos.

-¡Con permiso! -dijo mientras cruzaba de forma apresurada la gran cocina, esquivando sirvientes mientras cogía ingredientes que se iba encontrando hasta formar un simple sándwich que le sirviera como desayuno.

-¡Joven príncipe! ¿a qué se debe tanto entusiasmo? -preguntó una de las mujeres que allí se encontraban, al parecer la única no indignada por dicho comportamiento.

Pero Hans no la escuchó, tenía demasiadas cosas en la cabeza, aquel día debía ser perfecto. Vestía uno de sus trajes característicos, aunque aquel día estaba decorado de negro y rojo, una combinación que le gustaba bastante, y que contrastaría bien con el negro y azul de los ojos de la chica... Parece que la definía únicamente por eso. Cuando llegó a las escaleras, saltó y se deslizó sentado por la barandilla bajando a toda velocidad, y cuando llegó al final, continuó su carrera hasta los jardines del palacio, lo que no sabía es que su hermano mayor le había observado en ese último momento, pero no se molestó en llamarle, simplemente negó con gesto serio y continuó haciendo sus labores.

La emoción que Hans llevaba encima no era ni medio normal, y él mismo lo sabía, a veces estaba contento y otras muchas realmente nervioso. Pero entonces, a lo largo de la mañana fue sorprendido por uno de sus hermanos.

-¿A qué viene tanta emoción, Hans? -preguntó Linus, con bastante extrañez mientras intentaba cortarse el paso del modo mas discreto posible.

-¿No puedo estar emocionado? -preguntó, aunque con tono de burla. -Resulta que he quedado.

-¿Has quedado? vaya... -Linus intentó contenerse la risa, pero no pudo aguantarlo mucho mas.- ¿Con quién? ¿Sitron?

-No... -Hans rodó los ojos y siguió su camino, no quería que le interrumpieran aquel gran momento.

-Eh, eh, espera, era solo una broma. -a pesar de disculparse, Linus no podía parar de reír. -¿Con quién quedaste?

-Con una chica, se llama Vanessa. -respondió dignamente, mientras se alejaba.

-¿Vanessa? Pues mucha suerte.


Ya se estaba acercando la hora, y Hans decidió salir del castillo con su elegante traje y total decisión en el cuerpo, pero algo o alguien se cruzó en su camino a toda prisa, a una gran velocidad e intento de detenerse justo a tiempo. Sitron quería ir con Hans aquel día, y en parte el príncipe tenía pensado dar un paseo con Vanessa sobre él, pero para desgracia de todos, Sitron levantó demasiado polvo y tierra al frenar, ensuciando el traje negro y rojo por completo.

-¡No! ¡Sitron! -el chico se llevó las manos a la cabeza al ver el desastre que tenía sobre él. -Ahora voy a llegar tarde por tu culpa, ¡tengo que cambiarme rápido!

Sitron retrocedió al ver y oír las notables quejas y enfado de Hans. Mas cuando él dijo: ''Será mejor que hoy vaya sólo.'' Era la primera vez en años que Hans no quería ir a alguna parte con Sitron, y mientras se alejaba hacia el castillo de vuelta, el caballo volvía en dirección contraria.

Hans Westergård.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora