Capítulo 7

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JAVI~

No entendía lo que ocurría, Markos miraba su limonada como si fuera lo más interesante del mundo y yo no sabía que hacer. Aún sentados en el sofá, decidí levantarme e ir a su habitación. Sabía que era, literalmente, suicidarme; pero su historia me embelesó de tal manera que quería saber cómo iban a terminar Peio y Josu. En la primera página que me leí apareció el título de Pettit Suisse, y la curiosidad aún seguía en mí. ¿Quiénes serían? El título, ¿a qué venía? Sabía que nunca tendría las respuestas a esas preguntas, pero haría lo que fuera para sacárselas, aunque eso significara taladrar a mis ojos por sus faltas de ortografía.

- ¿A dónde vas? - el pequeño por fin habló; con un tono terrorífico, pero habló.

- Esto... a tu... habitación... - no quería mirar atrás, no iba a mirar atrás, esos ruidos no eran de Markitos levantándose ni cogiendo un vaso para tirármelo a la cabeza y rajarme luego con él, no eran para eso... - no me mates por favor, tengo familia e hijos.

- ¿Hijos? Sólo iba a llevar los vasos a la cocina. Pero como se te ocurra leer algo más, te puedo asegurar que sí que acabas muerto. - Tras eso, se dirigió a la cocina.

Aproveché ese lapso de tiempo sin él para enviarme a mi correo esa historia cuyo título no entendía. La iba a leer en casa, aun si eso significaba traumatizarme de por vida.
Cuando él volvió de colocar cada cosa en su sitio, yo fingía mirar instagram en mi móvil, encima de su cama. Noté cómo se subió a ésta última y se apoyó contra la pared al lado de mí.

- ¿Sabes? Tengo mi correo sincronizado con mi móvil. Sólo a ti, vago de mierda, se te ocurre enviarte un correo con la historia mediante mi gmail. ¿No se te ocurrió abrir tu cuenta, enviarte un mensaje y luego cerrarla? - se me congelaron hasta los huesos. - En fin, si vas a leer esa, bien, no he sido el único autor en crearla, sólo en escribirla. Está corregida en wattpad, por si la quieres y no quieres que te sangren los ojos. Yo me voy a dormir.

Parecía otro, éste no era mi Markitos, en otras circunstancias ya estaría tirado en el suelo por la patada que me habría dado ... ¿se encontraba bien?

- ¿Qué es eso de... wattpad? - cuestioné.

Giró su cabeza sobre su almohada para mirarme y poder responder. ¿Quién tenía sueño después de haberse levantado a las dos del mediodía?

- Es una app... sirve para... - desvío su mirada, en busca de las palabras correctas; pero se rindió fácilmente - mira, busca en Play Store y la encontrarás a la primera. Ahora déjame dormir. - Creo que iba a ser mejor no despertarlo.

Después de un par de horas, tenía cuenta de wattpad y miles de historias yaoi: recomendaciones de ésta misma app. Y continúe leyendo Pettit Suisse. Había capítulos que parecían escritos por el muchacho dormido a mi lado, otros en cambio, otra persona, y por los comentarios parecía que tardaban meses en subir capítulos. Luego el vago era yo.   Encendí su ordenador y me puse a buscar de nuevo las historias. Clase... filosofía... carpetas, carpetas y más carpetas... Y llegué. Acabé de leer la de Pettit Suisse, por fin. La diferencia, en cambio, entre su versión y la de wattpad era bastante notable. Se podía ver dónde la escribió con soltura, sin atenerse a ningún guión, y en cuál debía escribir lo que le dijeran.  Leí un par de historias más, a medias también. Tenía mucha imaginación y soltura a la hora de escribir, y se notaba que le gustaba hacer esto. Éste tema, por lo visto, le encantaba, y era un profesional. Cuando iba a abrir otra, llamada "Vacaciones (trio)", Markos se posicionó con una silla, al parecer de la cocina y se sentó al lado de mí. Sin yo darme cuenta se levantó y anduvo por toda la casa silenciosamente... ¿o era yo el que estuvo tan sumido en la historia que no me di cuenta?

- Lee la que quieras, pero esa no, no te gustaría cómo te protagonizo... - eso último lo susurró.

- ¿Aparezco en una de tus historias? Quiero leerla.

- Apareces cual capullo sin sentimientos, y, literalmente un par de veces. No te gustaría.

Mientras él buscaba alguna historia para que leyéramos, me silencié y dediqué a mirarlo fijamente. Su pelo era medio negro, antes teñido; sus ojos color café y una naricita hermosa; a penas llegaba al metro sesenta y cinco. Yo en cambio era todo lo contrario. Relativamente alto, pelo color café y ojos algo más claritos que los suyos. Cualquiera diría que pegábamos, que hacíamos buena pareja, pero él se negaba a ver ese hecho. ¿La cagaría si lo besaba para que se diera cuenta? Un movimiento suyo de negación a una historia me trajo de nuevo a la realidad.

- Markos...

- ¿Qué quieres?

Mi cuerpo no reaccionaba a mis pensamientos - a ti.

- Qué cliché- - lo cogí de la barbilla para que me mirase a mí. Se calló, frustrado, sin respirar a penas, cuestionándome con la mirada lo que yo tampoco sabía: qué estaba haciendo.

Nuestros ojos estaban conectados, nuestras caras cada vez más cerca, y mis ojos se desviaban a sus labios, en busca de ese placer que sabía no iba a recibir gratuitamente. Pero él no querría eso.
Con la poca cordura que me quedaba, junté nuestras frentes y disfruté de su cercanía. Su aroma me embadurnaba, su tacto lo agradecía. Mis ojos ya estaban cerrados, esperando la hostia que, estaba seguro, estaba por venir. Su frente se separó ligeramente de la mía, pero yo ya estaba preparado, el dolor era algo psicológico después de todo.

Sin embargo, sus labios se acercaron a los míos, hasta llegar a besarme. Abrí los ojos, estupefacto. Sabía que se arrepentiría al momento de lo que acababa de hacer, que el golpe sería mayor de todas todas, así que correspondí al instante, volviendo a cerrar mis ojos como él los tenía y disfrutar del beso que, nunca pensé, llegaría.

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Espero que os haya gustado, echaba de menos actualizar así que... aquí estoooy. Siento no haberlo hecho antes, intentaré actualizar más regularmente.
Buenos días/tardes/noches a tod@s, nos volveremos a leer.
Con mucho lof:
@Redie88

Acéptalo (BoyxBoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora