Sus ojos parecen penetrarme hasta el alma, hay algo en él que es intoxicante a la vista, atrayente y angustiosamente sensual.
-Eras tú- dice fijando su mirada en mi con una cruda intensidad.
-Si, soy Mary...¿porque estas aquí encadenado?, ¿qué hiciste para merecer esto?-le pregunto tratando de conectar mi mente con mis palabras.
-Solo ser-me responde solamente.
-¿Ser qué?-insisto, y noto que mi boca esta seca y mi pulso desbocado.
-¿Realmente no lo sabes, Mary?-me dice y una pequeña sonrisa cubre su hermosa faz.
Observo detenidamente a Adam. Tiene una belleza oscura y atrapante, sugestiva, lujuriosa. Su cabello negro esta largo y casi toca sus hombros, sus ojos son dos esmeraldas brillosas, su boca una invitación insana a la desenfrenada vehemencia.
Me reprendo. Estoy sola con un hombre encadenado que bien podría ser un asesino despiadado en la casa de otro hombre que seguramente es igual de peligroso y lo tiene retenido.¿qué rayos hago entonces describiendo su hermosura?, ¿qué hago dejándome tentar por su provocadora sensualidad?
Meneo la cabeza como deseando hacer caer esos inquietantes pensamientos y le digo.
-Adam, no sé que ni quien eres, pero si sé que este trato no es justo para nadie, hayas hecho lo que hayas hecho...¿que2 quieres que haga?, ¿llamo a la policía?, ¿trato de liberarte?
-No hagas nada. No me interesa salir. Solo anhelo algo y es la muerte, y ella parece burlarse de mi al esconderse-me dice con amargura.
Lo miro perpleja ¿porqué querría quedarse ahí sufriendo?, ¿porqué quiere morir?
-Entonces ¿no quieres salir?-le digo sin entender su decisión.
-No-me dice mientras apoya su cabeza en la pared y cierra los ojos.
"¿Qué diablos le sucede a este hombre?"
-Adam, si no tenías intenciones de que te ayude ¿para que me llamaste?, ¿para que me pediste ayuda?-le pregunto un tanto enojada con su actitud.
Él abre los ojos y me mira antes de responder.
-Tenia sed.
No se que hacer. Tengo ganas de mandarlo al demonio. No pienso arriesgarme por un loco que desea morir y que además no me da una respuesta coherente.
-Muy bien, me voy. Sigue sangrando y sufriendo en soledad, no voy a ponerme en peligro por alguien que no quiere ser salvado-le dije muy molesta y me voltée para salir.
-Mary, no te vayas-me dijo muy lentamente. En voz tan baja que fue casi un susurro.
Me volví a verlo al oírlo.
-¿Para que quieres que me quede?-le pregunté.
-Compañia. Guardo en mi alma demasiada soledad-dijo Adam mirándome.
-¿Y si llega Helsing?, ¿qué es lo que haré?, ¿cómo voy a explicar mi presencia aquí?-le pregunté con los brazos cruzados sobre el pecho.
Él no vendrá hasta más tarde...quédate-me dijo casi suplicante.
Sus palabras, su voz...todo él me envolvía en un calor asfixiante. Sabia que debía irme de inmediato de ahí, pero no podía. Este hombre tan diferente me arrastraba a él con un magnetismo puro y demencial.
Como si el sonido profundo de su voz guiara mis pasos caminé hacia él. Llegue frente a Adam y me recrée con su sugestiva hermosura. Luego bajé mis ojos a sus manos y al ver las heridas que las rodeaban me impresioné mucho.
-Volveré en un momento...buscaré algo para curarte-le dije y él asintió.
Noté que al alejarme cada vez más de su lado el tentador hechizo de Adam se diluía y comenzaba a pensar una vez mas con claridad.
No paraba de preguntarme que sería aquello que tanto me afectó, esos pensamientos pecaminosos que se formaban en mi mente al verlo, ¿qué tenia él?, ¿qué era?.
Tomé algunas cosas del botiquín del baño y al cruzar por la habitación de guardia tomé también la bebida que Adam tomaba para dársela. Esta vez en persona.
Volví a esa habitación, me acerqué y ahí estaba de nuevo, ahora pude percibir lo palpable que era esa irresistible atracción que él poseía.
Me arrodillé a su lado y poniendo en un algodón un antiséptico lo limpié. Los surcos de los aros unidos a las cadenas eran profundos pero luego de quitar la sangre superficial pude ver que de sus heridas no brotaba más. Coloqué una crema, decía que era cicatrizante, no lo sé, fue lo que encontré, y la pasé suavemente por sus lesiones.
-Bien, quizás eso ayude. Ah, traje tu bebida-le dije y me levanté para entregársela. Él la tomó y me miró como venia haciendo desde que volví a entrar de una forma peculiar.
-¿Porqué lo haces?¿porqué me ayudas?¿porqué no huyes?-me preguntó con una penetrante expresión en su mirada.
-¡Cuántos porqué!...no lo se.No sé que hago, esto es extraño, parece un sueño. No lo sé, realmente no lo sé dije y soné tan confundida como estaba.
-Mis cadenas son muy largas, puedo alcanzarte con facilidad, Mary, no temes que te haga daño-me dijo él.
-Quizás es imprudente, pero no creo que quieras dañarme, Adam, pero tal vez me equivoque-le respondí pensativa.
-No te fuiste al oírme, te arriesgaste por mi,limpiaste mis heridas,me trajiste de beber...no,no podría lastimarte-dijo Adam y luego bebió del vaso que tenia en su mano.Al terminar pude ver pequeñas gotas carmesí descender por la comisura de sus labios,mientras que el suspiraba con satisfacción.Esa escena me enardeció,quise lamer de su boca cada gota y acallar con mis labios sus suspiros.
-Algo esta mal...no puedo seguir aqui...debo irme-dije entendiendo el erótico rumbo de mis pensamientos,definitivamente algo estaba mal.
Salí con paso acelerado hacia la puerta y cerré sin siquiera mirarlo.Acomode las cortinas y deje todo tal cual lo encontré.Volví a la habitación que me había sido designada y espere,solo faltaba media hora par que llegara Helsing.¡Habia estado horas en aquella habitación!¿ Como era posible?.
Desesperada por escapar de toda esa locura,camine inquieta en la habitación.El señor Helsing llego y solo lo salude,dejando sus llaves sin que lo note en su lugar habitual,luego me marche.
Afuera en la puerta la brisa nocturna me acaricio y volví a la realidad.
-¡Que locura!¿Que había sido aquello?-me pregunte.
No lo sabia,pero si sabia bien que no volvería jamas,o así le mentían mi razón y mi cordura, a mis alteradas emociones.
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Sálvame Adam.
VampireUn día cualquiera. Un trabajo más. Una tarea sencilla. Una tentadora paga. Pero nada resulto tan sencillo como parecia, pues ese día, ese trabajo, y esa tarea... cambiaron todo en mi vida. Ojos verdes, tez pálida, belleza sobrenatural. Necesitaba se...