-.Soy Tu Hija.-

Epilogo

//Trece años después...//

Puede que nunca lo hubiese dicho en voz alta, pero una parte de él, siempre sentiría celos de su hermana mayor.

Por las platicas que sus tíos solían tener, y lo que había logrado sacar de su hermana, sabía que su infancia no fue fácil, y no logró conocer a su padre hasta que tuvo 14 años, pero... después de eso, todo había sido tan perfecto para ella... ella era tan perfecta...

No sabía qué hacer para sobresalir en la vida, comparándose con su fabulosa hermana.

Su maravillosa hermana que hablaba 10 idiomas diferentes, quien se había graduado de la universidad con las mejores notas de su generación entera con un promedio de 99, quien había conocido a su novio a los 13 años y se había casado con él a los 29, quien llevaba la dirección de la empresa familiar desde que tenía 26 pero ayudaba a su padre desde los 20, quien había dedicado 2 años de su vida al modelaje y había salido en un drama coreano de renombre, y aun se dedicaba a grabar alguna serie, película, o comercial cuando tenía tiempo... ¿cómo podía competir contra eso?

Sus padres nunca habían dicho nada, cuando llegaba con sus casi perfectas calificación siempre le felicitaban, solían celebrar cada cosa que hacia, como si fuera el mejor al hacerlo, incluso su tío Itachi le decía lo asombroso que era, su hermana siempre estaba recordándole que era perfecto, pero él seguía sintiendo que había algo mal en él.

Ni siquiera podía hacer que el chico que le gustaba se fijase en él, ¿cómo llegaría a estudiar leyes en la universidad de Tokio?

Su familia siempre hablaba del "atractivo Uchiha", él estaba casi 100% seguro que no tenía eso, se había esforzado mucho, le había dado toda su atención, había seguido todos los consejos de su tío y sus amigos, pero nada parecía funcionar; a veces parecía existir para él, y a veces era invisible, era como si ni siquiera conociera su nombre. No le importaba ser el centro de atención de cientos de personas en la escuela, nunca lograba conseguir a quien quería.

Se sentía frustrado.

Pero era idiota, eso era lo que pasaba, porque sin importar cuantas veces le ha roto el corazón la misma persona, seguía como un imbécil yendo a verle jugar a su club, deseando ser la persona que le abrazaba y felicitaba desde las primeras gradas.

Se sentía una basura la mitad del tiempo.

— ¡Odio ser el maldito capitán!

El grito le sacó de sus pensamientos, volteó de inmediato a su lado, encontrándose con su mejor amigo que se iba acercando lentamente; llevaba el cabello rosado revuelto y húmedo, una mirada irritada y los labios fruncidos en un puchero.

— ¿Demasiadas cosas que hacer, Mitsukuni?

El guapo chico le rodó los ojos, a la vez que le arrojaba su mochila.

—Eres un idiota, es por esto rechazaste hacerlo.

Tadashi tuvo que rodar los ojos, esperando hasta que su mejor amigo se acostó en las gradas y recargó la cabeza en su regazo para responderle:

—Lo rechace porque sabía que me quitaría tiempo, y quería ver a Izumi jugar.

Vio como Izumi anotaba un punto, y como todos le celebraran a lo grande, pero él no hizo el mínimo movimiento, más que nada porque su mejor amigo estaba usando su regazo como almohada, pero también porque estaba cansado, ese día había sido una real mierda.

— ¿Cuánto tienes en el examen de química?

Soltó un largo suspiro.

— ¿Tan mal fue?