||023||

4.1K 321 26
                                    

23.Te Quiero






—Merle—lo llamo entre quejidos, mis piernas comenzaban a doler y a palpitar cada vez que avanzaba; sin embargo el mayor de los Dixon no tenía intensiones de detenerse—; Amanecerá pronto, debemos descansar. Yo necesito descansar, por favor.




Merle se detiene un segundo para darme una mirada rápida, este aprieta los labios.


—De verdad quisiera poder detenerme, pero, vi un auto aún par de kilómetros de aquí. Estoy seguro que es tu grupo, debemos seguir antes de que se vayan. Esfuérzate un poco más ¿vale?




Resignada asentí lentamente, Merle no muy convencido volvió a caminar por el bosque.



—Entonces, ¿me quieres mucho o nada? —pregunte haciéndole un puchero a Daryl.

—Ni de coña.



Alzando lentamente mi mirada note varias personas que estaban de pie, quizá discutiendo, pero me era imposible poder escucharlas
—Hay alguien ahí enfrente, debemos volver—susurre en el oído de Merle, sin embargo, este me dio una risa ronca.


—Es ahí donde vamos cariño.


Dando un paso enfrente el sonido de varias ramas y hojas romperse hacen que el grupo gire.


—¡Cristi! —me llama Daryl en un grito, con pasos veloces se acerca a mí y antes de envolverme en un abrazo se detiene—, Te ves algo ¿mal?


—Eres un idiota, yo si te quiero y mucho. —digo dándole un golpe en el hombro.



Con una sonrisa por el comentario de Daryl asiento repetidamente provocando una risa ronca de él, el sonido de las ramas crujir hacen que ambos giremos a esa dirección.


El coreano se acercaba lentamente hacia mi.

—Cristal —me llama con dolor.

—Todo fue gracias a Merle—me apresuro en decir.


Quizá por la emoción del momento nadie notó al mayor de los Dixon que estaba detrás mío, y Daryl con una sonrisa le dio un pequeño abrazo a su hermano.

—No vendrá con nosotros, él nos llevó con el gobernador—declara con asco Glenn— Por eso estás así.

—No —intervengo—gracias a él estoy viva, algo que hizo él fue protegerme lo cual tu no hiciste.


Junto sus labios a la vez que abría sus ojos a tope por mis palabras dichas porque sabía —muy en el fondo—que tenía razón.


—¿Dejarás que duerma dónde está Judith y Carl? —ataca girando a Rick—Ve lo que a provocado.

—Es mi hermano—apoya Daryl con furia—si él no viene con nosotros, yo tampoco.


—Él cuido de mi Rick, ¡me acomodo mi nariz! —exclamé


—No—declara el líder—tú no sabes lo que ocurrió en Atlanta. Y apuesto lo que sea que sigue siendo el mismo hombre.


El líder, girando sobre sus talones comenzó a dirigirse a la camioneta que se encontraba en la carretera. Furiosa ante su actitud, camine hacia Daryl.

—¡Adiós! —grite sin embargo el dolor en mi estomago me impidió decir otra cosa antes de que el líder se detuviera.


—Bonita—me llama Merle, este niega con la cabeza—Prefiero que te quedes con ellos, solo ve cómo estás. Sabes que me las puedo solucionar solo.

—No—interrumpe el hermano menor— no sólo, iré contigo.

—No los puedo dejar.

—Cuando te recuperes ven a buscarnos—me abraza Merle dandome un beso en la frente.

Ambos Dixon dándome una sonrisa —a su modo— comenzaron a caminar adentrándose al bosque para poder desaparecer de vista.


—No se vayan—pedí en un susurro.

—Te quiero pero no le digas a nadie—susurra Daryl.


—Vámonos.

La voz de Glenn me hace voltear, fulminándolo con la mirada negué.



—¿Estás contento?—cuestione con lágrimas en mis ojos—Por tu culpa ese maniático sabe donde estamos, me golpeó, casi pierdo mi vida y la persona la que la salvó la has echado del lugar ¿Quieres hacerme mierda?



—Te quiero —confiesa entre tartamudeos el repartidor—se que te dejé, que te lastime, que derramaste lágrimas por mi, que fui un estúpido, que te abandoné cuando más me necesitabas pero escúchame, te volveré a conquistar pase lo que pase.


—Pues ten suerte con eso porque no te será fácil—apreté los dientes—Porque ya no creeré en ti jamás.


Caminando con zancadas grandes pero pausadas lo pase de largo para poder caminar a la camioneta donde se encontraba el líder.

—Te Quiero.


Aquello me hace detener, sin girar a verle mis labios temblaron.

—Aunque no lo creas, también te quiero, pero eso no te da el derecho de jugar conmigo y mucho menos que como una tonta te estaré siguiendo a cada parte que vayas.


—Nunca he jugado contigo—lo escuché decir—Soy idiota hago las cosas sin pensar y luego me arrepiento de eso. Sabes que soy el único que podrá abrazarte y besarte provocando sensaciones que jamás has sentido—añadió—Solamente yo puedo hacer eso y de eso moriré orgulloso.



Sabía muy en el fondo, que ambos estábamos sonriendo ante aquello.












Glenn.❤️

泪在我的心里Donde viven las historias. Descúbrelo ahora