Besos Psicóticos.

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En el otro extremo del pasillo encontré póster de uno de los músicos favoritos de mi padre, por su colección de discos y la verdad tocaba bastante bien. Me acerque en el tablón para ver el nombre, se trata de Roland Sanders, el amigo del chico de ésta mañana,  como para no recordarlo.

Que posibilidad hay que ambos estén en esta habitación ahora mismo.

Un zumbido mecánico me sobresalto, Una Roja colgada sobre la puerta de Roland enfocandome, vigilando cada uno de mis pasos. Retrocedi unos pasos para colocarme en la puerta de enfrente de la de Roland,  que resulta ser de Annie.

Esta decorada con todo tipo de pegatinas de arriba a bajo, llenas de frases que podrías estar allí varios horas para acabartelos.
Un segundo avión de papel. Lo desplege para ver el mensaje :

Cariño, Lizzey
Sí al final has llegado hasta mi puerta,  pues genial!!!! Lo pasaremos más que genial!
Y si me has dejado colgada, entonces ¡¡saca tus puertas manos de esta nota personal Roland!!!Dios mío...

De todas formas ; sé que te dije que quedamos esta noche pero me tuve que parar para una sesión de recuperación.. Un rollo...(aunque no parte buena d tratamiento de hoy)
Pero ¿lo dejamos para otro día?  ¿Verdad?

Besos psicóticos
A.
B

ufé aliviada de saber que estará bien después de aquello. Pero ahora debería volver a mi habitación.
-¿Qué estás haciendo?  - Era Roland,  en el umbral de su puerta, llevaba unas rastas recogidas en una cola y sostenía una armónica cerca de la boca. Me ha pillado cerca de su puerta, pero no pasa nada he venido a ver a Annie y a nadie más. Tranquila sólo es una pregunta.

-He venido a ver a Annie -intento mirar de reojo su interior para ver si hay alguien más con él.

-No hay nadie -respondió sin más y no sabía si se refería a la habitación de Annie o a que me ha pillado mirando dentro. Tocó unos compases de su instrumento sin apartar su vista y luego abrió un poco más su puerta, para luego arquear una ceja.
Que se supone que hace,  me esta invitando a entrar. Espero que no

-Solo estoy de camino a la biblioteca. Quiero consultar un libro - Una mentira muy patética. Comenze a caminar por donde vine.

-Lizzey -

Inmediatamente me volví y dijo

-La biblioteca esta por allí -señalando el camino contrario y me sentí tan patética cómo mi mentira en ese instante. -No te pierdas las colecciones especiales que esta en el ala este. -Dijo cruzando los brazos.

Yo sonríe nerviosa -Gracias -y continúe mi camino. Esta claro que no podre volver a pasar por allí hasta dentro de un rato. Así que conocer un poco más de esto no me viene mal,  así podre ocupar un poco la mente.

Pensándolo mejor nunca hemos tenido la oportunidad de presentarnos con Roland.. Así que como es que me ha llamado Por mi apodo y no por mi nombre. Parace que en este reformatorio todos te conocen sin que te enteres.

Minutos después alfinal encuentro la biblioteca con unas grandes puertas de madera, al abrirlo me llena esa sensación de tranquilidad que solo las bibliotecas te producen con ese olor a libros viejos mezclado con los nuevos. Una biblioteca normal y corriente cómo cualquier otra, resulta aún increíble que algo así pudiera estar en un sitio como este.

Techos altos, paredes color crema, pasillos llenos de libros, largas mesas iluminada por lámparas antiguas con pantallas verdes y la alfombra que amortigua el ruido de tus zapatos
Pocos alumnos estudiando o pasando el rato.

Me acerque al mostrador principal que se situaba en un lado no muy lejos de la puerta. Había una pila de libros alrededor y un tanto desordenados.

-Hola - Una mujer sonriendo apareció de repente, con el pelo rubio, piel pálida, ojos negros bastante joven para ser verdad. -¿Necesitas ayuda?

Sonia Bell cómo indica la inscripción del mostrador

-Soy nueva en este sito ¿podría indicarme las colecciones especiales? -

-Por allí -me indicó señalando el lado izquierdo de la biblioteca o eso creo yo.-Yo soy miss Sonia, y creo que estas en mi clases de Religión los jueves y viernes - sonrió tan radiante - estaré aquí por cualquier cosa que necesites. Encantada de conocerte Lizzey.

Le di las gracias y fui directa hacia las ventanas. Lo que yo decía aquí te conocen antes de que tu te presentes a ellos.

Que sensación más inquietante.

Pasando por las altas estanterías volví esa sensación y presencia oscura y macabra que sin que fuera necesario mirar sabia que esta justo sobre mi cabeza.

"aquí no porfavor. Dejadme en paz"

Eran las sombras otra vez. Cerré los ojos intentando mantenerme en calma. Cada ves que aparecían nunca se cuando volvían a desaparecer hasta simplemente se van, me aguanto la ansiedad de miedo terror y el frío se cuela por mis huesos de pies a cabeza. PERO   Esta vez hay algo distinto, si es eso. No hace frio, en la biblioteca hace calor pero no tanto.

Hasta que de pronto lo veo. Es Daniel Johnson. Era él,  esta de espalda a mi, mirando hacia la ventana, inclinado sobre algo que no veo desde mi posición y sobre él un cartel que pone Colecciones Especiales.

Lleva las mangas de la chaqueta arremangadas hasta los codos, su pelo rubio resplandecía bajo la luz. Se veía perfecto aunque esta mañana fue un completo gilipollas conmigo.

Estaba dibujando, los movimientos de sus brazos lo dicen pero que dibuja?.  Me puse de puntillas para ver mejor, mientras intentaba ver mejor una ola de calor inundó todo mi cuerpo. Me aprecio que me estaba dibujando. Pero en un pestañear cambio, era el paisaje d cementerio.

Di un paso al frente casi chocando con él, al sentir un pellizco que acontinuacion flotaba sobre mi cabeza. Simplemente lo sé, una sombra tan espesa cómo la oscuridad. Podía sentir mi corazón correr, nunca antes había pasado algo semejante.

Daniel se volvió en mi dirección y dirigió su mirada justo donde flotaba la sombra, pero no se parecía aterrado o sorprendido. Claro sólo yo puedo verlas él no. Luego se dirigió a mi

-¿Qué haces por aquí? -pregunto y cerró su cuaderno de dibujos. Tenia una expresión seria o más bien cansado.

-He venido a... Estoy buscando un libro... -Dije un tanto nerviosa

Mire a mi alrededor y no podía sentir más idiota en ese momento. Primero las sombras y ahora esto. Colecciones especiales no era sección de libros, sino una zona de la biblioteca para una exposición de arte.

-Suerte con eso - replicó Daniel y volvió a dibujar.

Tenia un nudo en la garganta,  estaba más que avergonzada y tenia ganas de salir corriendo pero las sombras aunque acechaban y por alguna razón no podía moverme de mi sitio.

-Déjame pregúntate algo. ¿Te gusta que te acosen?- pregunto cuando veía que estaba clavada en el suelo como un clavo.

Pensé en las sombras y en lo que estaba haciendo justo en este momento. Nege con la cabeza bruscamente.

-Vale, pues a mi tampoco. - Dijo mirándome y dando a entender que era una intrusa.

Quizás podría ser un poco más amable dada mi situación. Pero claro él es una persona normal, no ve cosas terroríficas que a cualquiera le harían mearse en sus pantalones.

-He venido a estar solo. Si no te vas me iré yo.- sentenció y comenzó a cargar sus cosas. Cuando pasó a mi lado nuestro hombros se rozaron y aunque fue un breve contacto sentí una descarga eléctrica. Por un momento Daniel se detuvo y volvió a mirarme, sin saber que decir yo solo le devolví su mirada. Sus ojos por un momento brillaban, sus ojos de color claro era lo más hermoso que había visto después de mucho tiempo. Y antes de decir nada Daniel volvió a mover sus pies dejándome sola.

Otra vez Contigo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora