¿Problemas?

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Con pereza los ojos de Brian se abrieron, aún sin moverse analizó el sitio donde se encontraba y sonrió al darse cuenta de que era la pieza de Camila. Giró sobre si mismo con la intención de abrazar a la castaña pero para su sorpresa ella no estaba. Un ruido proveniente de la cocina llamó su atención, el azabache luego de ponerse tan solo sus jeans se dirigió hacia allí; encontrándose con su novia sintió algo de alivio.

-Al fin te levantas eh.- Dijo la menor mientras saltaba a los brazos de Brian para besarlo.

-Vos sos la que nunca queres salir de la cama. Así que no me reclames.- Respondió mientras giraba con Camila aún en brazos.

-Bueno pero eso es por otra cosa.- Le confesó luego de separarse mientras que se dirigía a terminar algunos panqueques.

Las mañanas por lo general eran así entre ambos y si no estaban en el departamento de la menor lo más probable es que estuvieran en la casa de Brian.

A pesar de las salidas, los besos de amor sincero y las hermosas noches que pasaban juntos algo no dejaba en paz los pensamientos de Camila.

Ese "algo" Tenía nombre y apellido, Hernán Moscardi; bajista en la banda donde su novio tocaba y además, uno de los mejores amigos de este. La culpa la invadía pero ese sentimiento había incrementado tras un show al que fue invitada, por una u otra razón el rubio y ella terminaron a solas tras escenario; la cercanía que había entre ellos esa noche y el beso que casi le roba Hernán provocó un revuelto de emociones.

-Cami, Cami. Che ¿me oís?- Cuando el mayor término pasando una mano frente a su rostro volvió en si.

-¿Qué? Perdón me colgué.- Le respondió algo avergonzada.

-Tengo que preguntarte algo. Es sobre los chicos. Juan, Alex y Hernán ¿viste?- Brian comenzó diciendo, el rostro de la menor empalideció un poco.

Fragmentos entre cuaderno y cuadernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora