Capitulo 14: Una Noche En Casa De Romina.

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-Narra Xalvo-


Era un viernes por el mediodía y yo me sentía en verdad muy mal.

Entro mi madre a mi cuarto.

-Xalvo, levántate que no quiero tener que pasar lo mismo todas las mañanas.

-Mama, me siento mal.

-No me engañes con ese viejo truco, ya se que no quieres ir a la escuela, pero iras de todos modos.-Me miro con su mirada amenazadora y cerro la puerta.

Yo a pesar de que estaba mareada y me dolía la cabeza, me levante igual, me vestí y me senté en la mesa para comer, tal vez la comida lo solucione.


-Aquí esta tu comida, Xalvo, arroz con salsa.-ella me lo dijo con una mirada que me quemaban los ojos.

-Pero mama, sabes que no me gusta la salsa.-proteste.

-¿Y ami que? Te lo comes o no vas a la casa de Romina esta noche.

Hace unos días antes Romina me invito a su casa a dormir por su cumpleaños y mi mama me había dejado ir, hasta ahora.

-Esta bien.

Lo que hice fue lo siguiente:

Cuando mi mama se fue agarre mi plato y tire la mitad de mi comida en otro bol donde estaba todo.

Cuando volvió mi mama deje mi plato en la mesa y simule que me iba a servir agua.

-¿Te comiste la mitad del plato tan rápido?

-Es que tenia hambre-mentí.

-Esta bien, con eso es suficiente, cepillate los dientes, recoge tu mochila y espérame en la puerta, yo iré a cambiarme de ropa.

Me cepille los dientes, agarre mi mochila y me quede en la puerta viendo por la ventana como pasaba una camioneta escolar.


-¡Apresúrate mama!-grite.

Ella bajo de las escaleras corriendo y me dijo:

-¿Ya estas lista?

-Si-respondí.

-Esta bien, camina.

Caminamos 7 cuadras y llegamos.

-Adiós hijita, yo te paso a buscar, te quiero mucho.

-Yo también mami.


Entre y Romina me estaba esperando en la entrada parada.

-Hola-dije con dificultad.

-¿Estas bien?

-La verdad no, no me siento bien, estoy algo mareada.

-¿Y porque viniste?

-Mi madre creía que la estaba engañando solamente para no venir a la escuela.

-Mierda, Xalvo, estas super pálida.

-¿Me acompañas con la directora?

-Si, claro.

Romina me agarro del hombro y puso mi brazo alrededor de su cuello y me llevo hasta la dirección que por suerte no estaba lejos.

-Directora, Xalvo no se siente bien, creo que tiene muy baja su presión.

-Siéntate aquí, Xalvo.

Yo me senté donde dijo la directora.

-¿Que comiste, Xalvo?

~Recuerdos fantasiosos~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora