-Fondo, fondo, fondo- gritaban todos los presentes en la habitación, aunque el alcohol sólo me dejaba escuchar gritos confusos y ruidos raros. Mis oídos dolían y mi cabeza daba vueltas como loca, mientras una voz dentro de mi suplicaba que parara con lo que hacía, pero era contradecida por los gritos del exterior. Mi cabeza tomó una decisión rápida; los gritos de afuera se oían más.
Me encontraba en medio de lo que parecía ser la sala de una amplia casa, sobre una silla tapizada que amenazaba con romperse si le ponía un poco más de peso. Bebía una botella de Tekila con etiqueta roja, mientras todos los presentes veían como me la acababa, un juego al parecer.
La bebida me raspaba la garganta y me sentía mareada, tanto que me iba a caer de donde estaba si no paraba con lo que hacia.
Cuando terminé de beber, levante la botella de manera triunfal mientras todos aplaudían.-Elizabeth!!- escuche que me llamaban, no le preste atención-Elizabeth!!!
Sentí como alguien jalaba de mi brazo fuertemente y me esforzaba para no caer de bruses sobre el suelo, baje de la silla casi saltando y me enderesé para ver quien era la persona que casi más mata.
-Que haces?!?!! Mierda, estas echa un desastre- escuche como alguien me decía cerca del oído palabras que no me hicieron ninguna gracia.
-Gracias por eso- dije arrastrando las palabras- además hoy voy a hacer lo que me de la maldita gana.- empujé a la persona de mi costado y trate de alejarme, pero fui detenida nuevamente.
-No, porque estarás en tu habitación encerrada toda la noche-volvió a hablar él.
-No es sierto- frunci el ceño.
-Pues así va a ser- me agarró de la cintura y me cargo en su hombro, no me resistí, no valía la pena, de todas maneras no podría ganarle; tenía menos fuerza que una patata y me vería dirrícula intentándolo.
Camino por entre la multitud que bailaba y gritaba, algunos se volteaban a vernos raro mientras íbamos por las habitaciones acercándonos a la puerta que daba a la calle. Incluso, un chico llegó a darme una nalgada, llevándose miradas fulminantes por parte de ambos, y una seña de mi dedo corazón como regalo. ¿A qué fiesta me había metido?
-Te estuve buscando toda la tarde- dijo el rubio tras de mí, gritando para poder oírlo.
-Si, si lo que digas-dije con mala gana, el era uno de mis pocos amigos, Austin era su nombre, ya saben, pelo rubio casi café, muy carismático, estatura normal, delgado,... Mmmm lo normal, supongo.
-Es la verdad, desde que ese idiota te dejó estas muy distante-me apoye mejor en su hombro para escucharlo-¿crees que es bonito que tu única amiga te deje de lado?
-No soy tu única amiga- después de un minuto de silencio en el que esperé una respuesta, proseguí-Que hay de Jess o Scott.
-Eso es diferente- salimos de la casa mientras el efecto del alcohol disminuía sólo un poco, ni siquiera sabía de quien era la fiesta, ni de quien era la casa, sólo recuerdo que en un ataque de furia, salí de cada, vine aquí y empecé a tomar como loca, ... mi novio me había dejado hace unos días tengo escusa.- Eres la única que sabe sobre mi secreto.
-Si pero...-yo me hice migo de Austin desde que se entero de que le gustaban los hombres y yo lo había descubierto por error, hace dos años cuando había ingresado al instituido, larga historia.
-Nada de peros-dijo bajándome de su hombro, mis pies flaquearon pero el me ayudo a sostenerme, el alcohol aun tenía efecto-me importa un comino que tu novio te haya dejado, usted señorita-dijo señalándome- seguirá su vida, y no dejara que alguien como ese idiota se vuelva a interponer nunca más, además yo ya sabía que era un estúpido, que no me hayas echo caso no es mi problema. Ahora sube al auto te llevo a tu casa.
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Demons 'The Red Eyes'
Rastgele'¿Es normal entrar a una habitación durante una fiesta y encontrar a un tipo teniendo sexo y que te mire fijamente con sus ojos rojos?... Si... Mi vida es muy rara pero lo fue aún más después de eso'