Capitulo 7 ~Maratón (4/4)

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-Natalie. -Caminé por toda la casa, pero no la encontraba. -¿Estas aquí? -Subí las escaleras. -¿Julia? -Me quedé quieta para poder escuchar aunque sea un mínimo ruidito. -¿Hay alguien? -Comencé a sentir pánico cuando escuché un sonido en el baño, pero la puerta estaba entre abierta y no se veía a nadie. 

Como soy tan idiota, comencé a acercarme al baño, por que eso es lo que siempre hacen las idiotas que mueren en las películas de terror. 

Levanté la mano y empujé la puerta. Me encontré a Waibi, sentado en el sanitario, con los audífonos puestos y con una cara de sufrimiento. 

Me quedé tan neutra, que no sabía si empezar a reír o...

Reír. 

Se me escapó una carcajada, tan alta que, no sé como hizo, pero escuchó y abrió los ojos asustado. 

No puedo explicar que acrobacia hizo pero estiró el pie y cerró la puerta de una patada, que casi me la estrella en la frente. 

Me agarré el estómago, mientras pienso porque me causa tanta gracia. Me senté en el suelo contra la pared y de ahí no pare de reírme. 

En unos minutos, me detengo y empiezo a sentirme mal. 

Wow, hasta yo sentí esa bipolaridad repentina. 

Me seco las lágrimas que se habían producido por reír tanto, y miro la puerta del baño que se abre. Lo único que alcanzo a ver es la sudadera roja de... Waibi era? 

Ya que pasó corriendo a la habitación del fondo, la cual era suya, me levanté en seguida y lo seguí hasta la puerta. Cuando la iba a cerrar, puse el pie y la mitad del cuerpo. Me hice mierda.

-Maldición. -

Para colmo, Waibi seguía tratando de cerrar la puerta. 

-¡Detente por un momento, Waibi! -Le grité, empujando para adentro y así me liberaba un poco.

-¡No! ¡Y me llamo Walden! -Me gritó colorado hasta las orejas. 

-¡Lo siento por lo de antes! -Solté una risa. -Quiero preguntarte una cosa. Pero déjame entrar, que me haces mal. - 

-Lo siento. -Se rindió. Pero de todas formas no abrió la puerta y escondió su rostro. 

-Sólo... quería preguntarte donde está Natalie. -

-¿No te dijo? -Preguntó confundido. -Fue a buscar a nuestros primos. - 

-Oh... Así que esas eran las personas. -

(...)

Ya habíamos terminado de comer, y cada quien estaba hablando con alguien. Hasta la pequeña Julia, estaba hablando con su primo pequeño, Parker. Había terminado de tomar un vaso de jugo de naranja, cuando empecé a hablar con Waibi. 

Pero como la vida, me odia con todo su corazón, todos se callaron, cuando le dije a Waibi; 

-¿Por qué esa mujer tiene un salvavidas y no es verano? -Todos me miraron en silencio un segundo y comenzaron a carcajearse. Excepto la señora de la que hablaba, esa me miraba con una cara de sacarme los sesos con el tenedor.

Me reí media incomoda y sentí las orejas calentarse rápidamente. 

Diez minutos después estábamos todos despidiéndonos, ya que ellos tenían un compromiso. 

El pequeño Parker es tan tierno. 

Y después estaban los gemelos, la primera vez que los vi, pensé que uno era un clon. Me había olvidado de como eran los gemelos, no había visto, -exceptuando a mis primas pequeñas-, a otras personas iguales, lo que me resultó tan raro y a la vez cómico. 

Los Hijos de la MAFIA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora