Jugamos?

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La guerra de cosquillas duró varios minutos, y a esta se sumaron varios almohadones como escudos. Cuando estábamos riendo tanto que ahogaba nos detuvimos y nos quedamos tirados sobre el sillón. Después de unos segundos o minutos (el tiempo no existe cuando uno la pasa bien) suspiré profundamente y rompí el silencio.

-Gracias Marian.

-Gracias Lala- me imitó.

-Por qué?- dijimos al unísono y nos reímos, ambos nos retorcimos un poco por el dolor de panza que no cesaba.

-Vos primera- me dijo y yo hablé.

-Por darte cuenta que estaba mal, por escucharme y saber que decir, por darme una oportunidad con la evaluación, por hacerme olvidar de todo un rato y por hacerme reír- dije eso mirando al techo y luego volteé a verlo, estaba sonriendo.

-Gracias, por permitirme ayudarte, por dejarme aconsejarte, por confiar en mí, por distraerme de mis problemas un rato y por hacerme reír- esta vez el se giró y me vio sonriendo, quedamos enfrentados pero con una distancia considerable.

-Marian, te puedo preguntar algo?- le dije rompiendo el silencio luego de varios segundos mirándonos y sonriendo.

-Lo que quieras Lala- como me gustaba que me diga así, si bien Nicolas me lo decía no era lo mismo, esta vez se sentía especial, me hacía sentir especial.

-Ya que yo confié en vos, no queres vos también contarme tus problemas? Capas te pueda ayudar también y sino por lo menos te presto mi oído para escucharte- me sonrió mostrando los dientes y en los segundos en los que me perdí en su sonrisa el se levantó, por lo que lo imite. Me senté en el lugar donde estaba, el se paró, se acercó a mi y me abrazó.
Por un buen rato ninguno de los dos dijimos nada. Se notaba que ambos teníamos problemas y que necesitábamos ese abrazo más que otras cosas.

-Lala no se si queres escucharme, no creo que me puedas ayudar- dijo mientras se separaba del abrazo.

-Contame igual, hace bien descargarse- dije mientras ponía una mano en su hombro.

Tomó su taza de café y me alcanzó la mía- yo tengo una mujer, o tenía, la verdad ya no se, pero hace un tiempo estamos distintos, ya no es lo mismo- tomó un trago de café y luego me miró.

-En que sentido estan distintos?- por algún motivo no me gustaba hablar de esto, pero igual lo haría por él.

-No se si somos nosotros, lo que sentimos, no se si pasó algo o qué y eso es lo que me preocupa, el no saber.

-No me pasó lo mismo así que no te puedo aconsejar por ese lado ya que nunca tuve nada como una pareja- me miró creo que sorprendido- pero la primera vez que besé a Juan (el nombre que le había puesto a Nicolas para que Mariano no sepa quien era en realidad) sentí algo que creo que es parecido. Yo había soñado mil veces con ese beso y cuando llegó no sentí lo que esperaba, para no decir que no sentí nada.

-Y que tiene que ver eso?- me pregunto algo confundido.

-Creo que como yo no sentí esa magia que uno siente cuando besa a alguien que quiere de verdad porque de parte de Juan no había nada de amor tal vez con tu novia te pase lo mismo.

-Pero yo la amo, creo... - esa última palabra la murmuró, casi inaudible.

-Puede ser que se haya desgastado la relación por el tiempo o que alguno de los dos ya no sienta lo mismo pero no se atreva a decirlo, o a aceptarlo- cuando dije eso creo que di justo en el punto, eso era lo que pasaba- Marian, vos estas seguro de que la amas como antes?

-Bueno... - dijo y tomó un trago de café, luego suspiro- la verdad no se.

-Creo que lo primero que tenes que hacer es pensar en que sentís, si cambiaron tus sentimientos, cuando ocurrió y si hay un motivo.

-Vos sos el motivo.

-Qué?- dije un poco sobresaltada.

-Que ahora gracias a vos se el motivo, tengo que meditarlo un poco más conmigo pero ahora por lo que me dijiste creo que se lo que pasó.

-Me alegro entonces, y espero que vuelvan a estar bien, o no- me miró confundido nuevamente- es que tal vez se acabo y lo mejor seria separarse, no estar juntos por obligación o por costumbre.

-Tenes razón, gracias Lala, de verdad.

-Gracias a vos Marian.

Volvimos a quedarnos tildados sonriendo y mirándonos fijamente. Sus ojos verdes o celestes, que no logró descifrar; son profundos y a través de ellos se ve que es una gran persona, llena de amor.
Mi celular nos interrumpió, y cuando vi que era Cande la quise matar.

-Hola, que paso?- le pregunte cuando atendí.

-Lali llamó tu mamá y le dije que te quedabas a dormir así que volve a la hora que quieras.

-Buenísimo, gracias amiga!

-Después me contas todo, todo, con detalles.

-Si Candela, callate, chau.

Corte la llamada y vi que ni Mariano ni las tazas estaban, así que me senté a esperarlo en el sillón porque supuse que estaba en la cocina.
Cuando volvió le pregunté por el baño y me dijo que estaba al final del pasillo a al izquierda y señaló con su mano. Pasé al baño ya que estaba algo apurada (no había ido en todo el día) pero me llamaron la atención varias fotos que vi. Salí del baño y esta vez me detuve a ver las fotos. Vi una de un nene hermoso, se parecía un poco a Mariano. Creí que podría ser un hijo pero la foto se veía vieja como para serlo, así que tal vez era un hermano, primo, sobrino o cualquier otro pariente.

-Estas bien Lala?- me pregunto sorprendiendome, estaba parado detrás de mí.

-Si, es que me distraje viendo las fotos, perdón- dije algo tímida.

-Esta bien.

-Quién es ese nene?- me atreví a preguntar- es muy lindo, lo que va a ser cuando sea grande!

-Y bueno, yo sabía que soy lindo, lo admito- dijo y yo le di vuelta para verlo.

-So... Sos vos? - dije algo nerviosa, porque había dicho eso?

-Si, no te habías dado cuenta?- negué con la cabeza completamente sonrojada y Mariano se rió- de que tenes vergüenza?

-Es que te acabo de decir lindo, pero igual yo no sabía que eras vos, no pienses cualquiera, por favor.

-Lala está todo bien, aparte no me lo dijiste directamente, pero si me decís lindo no me enojaria- me puse como un tomate cuando dijo eso, no sabia dónde meterme- es un chiste, relájate!- solté el aire que tenia contenido y un poco me relaje- pero permitirme decirlo a mí, sos muy linda Lala.

-Gracias- dije muy bajito, no podía entender que pasaba, como llegamos a esto- vos también lo sos.

-Que cosa? Habla claro por favor- cuando lo miré me después de que diga eso supe que estaba jugando y aprovechándose de mi incomodidad para molestarme, así que decidí seguir el juego pero cambiándolo.

-Que sos muy lindo Mariano- dije sonando segura- los años te están afectando los oídos?- no iba a perder en este juego, y aunque pareciera de unos treinta y cinco era mayor que yo y podía molestarlo con eso, por más que estuviera muy bien.

-Perdón? Me estas diciendo viejo?

-Y... Capas ya te están pegando los años.

-Segura? Mirame bien y decime- se alejo un poco y dio una vuelta, yo no pude evitar notar sus músculos bien marcados, de verdad estaba demasiado bien para su edad- y? Que decís?- me dijo acercándose, más aún de lo que estaba antes.

-Bueno, yo digo que estas fuerte- dije aprovechando a tocar con un dedo sus abdominales, a lo que el me miró victorioso- pero seguís siendo un viejo loco- le hice cosquillas en la panza y salí corriendo al living, sabía que era el inicio de otra pelea de cosquillas, pero esta vez nos estábamos sincerando un poco, o era solo un juego para el?

No me puedo enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora