Castigo

353 26 2
                                    

-Que... Que pasó? Donde estoy? - logré apenas preguntar cuando me desperté.

-Lala, lala- dijo Mariano acercándose, pero no pude reconocerlo hasta que estuvo junto a mí ya que tenía la vista nublada.

-Estamos en el hospital?- pregunté.

-Si, tuviste un ataque de pánico y no lo pudiste controlar. Me explicaron los médicos que como vos pensas que no podes respirar empezas a agitarte y respirar demasiado rápido entonces en vez que absorber oxígeno solo entra el dióxido de carbono, y por eso te desmayaste.

-Wow, aprendiste mucho parece- dije con una risa y Mariano me miró con ternura y tomó una de mis manos con ambas suyas.

-Voy a avisarle al médico que despertaste- me dijo y yo asentí con la cabeza- Lala me preocupe mucho por vos, cuando me explicaron los médicos me calme un poco, pero verte sedada en una camilla, débil, hizo que no pueda irme de acá.

-Hace cuanto estamos acá?- intenté evadir un poco ya que no sabia que responder.

-Te dieron un sedante para que te calmes así que estabas dormida hace tres horas.

-Y vos te quedaste acá?- pregunté mientras me sentaba con esfuerzo, parece que el calmante era fuerte porque me sentía muy débil.

-Si, en esa silla- dijo señalando una silla que estaba a unos escasos metros de la camilla, contra una pared.

-Marian, no era necesario, de verdad, no es la primera vez que me pasa, puedo arreglarme sola.

-No, no te voy a dejar sola, yo te quiero cuidar- dijo sonando seguro- si es que me dejas- agregó cambiando su tono a uno un poco más inseguro.

-Si, obvio que te dejo Marian, vení- le hice seña para que se acerque y nos abrazamos.

-Voy a buscar al medico a ver si te podes ir- dijo mientras separa el abrazo y luego me miró a los ojos- esperame- y a continuación me beso en la frente y salió de la habitación.

Yo me quede ahí sentada, básicamente porque casi no podía moverme, pero por más que pudiera me hubiera quedado.
Al poco tiempo, casi un minuto después, alguien entra abriendo lentamente la puerta. Sonreí ya que esperaba que fuera Mariano, pero no. Nicolas entró por la puerta y se quedó parado frente a ella luego de cerrarla.

-Hola Lali- dijo, pero yo no respondí.

Me quedé helada y en ese momento si quise poder irme, escapar, aunque sabía que en algún momento tendría que enfrentar la situación.

-Que haces acá?- dije pausadamente luego de unos eternos e incómodos segundos.

-Me preocupe por vos y vine a verte apenas pude.

-Eso es mentira, vos son una mentira- si era el momento de hablar yo atacaría con todo.

-Qué decis Mariana?

-La verdad, eso digo.

-Y porque decís que miento?

-No digo que mientras ahora, sólo digo que sos un farsante.

-No te estoy entendiendo chiquita.

-Me mentiste, me usaste, te aprovechaste de mis sentimientos para acostarte conmigo.

-No tenes idea lo que decís, sabes que sos vos entonces?

-A ver, que soy?- para este punto no se de donde estaba sacando energía para discutir.

-Sos... - fue lo único que alcanzó a decir ya que Mariano entró con el médico a la habitación.

-Bueno Mariana, ya podes irte, pero vas a estar medicada unos días ya que fue fuerte el episodio. Acá te doy anotadas las dosis, tenes medicamento o necesitas una receta para comprar?- me dijo el médico dándome un papel.

No me puedo enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora