La Historia Perdida

Capitulo 1

capitulo 1 .-el inicio de una vida

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pov.¿?

Mi vida ha sido un constante desafío, una lucha incesante contra las adversidades que se cruzaron en mi camino. Todo tomó un rumbo incierto desde el momento en que mi hermano mayor, cegado por su impulsividad y egoísmo, tomó la decisión de abandonar nuestro hogar y aventurarse en el vasto mundo humano. Sus acciones, cargadas de un capricho mundano, no tuvieron consideración alguna por las consecuencias devastadoras que podrían desencadenar. Su imprudencia hería a nuestra familia y a nuestro mundo, pero su única preocupación parecía ser su propia satisfacción.

Como su hermana, mi corazón se debatía entre la lealtad familiar y el miedo abrumador de perderlo para siempre. A pesar de conocer las posibles consecuencias de seguirlo en este camino sin retorno, mi instinto protector y mi vínculo me impulsaron a acompañarlo en esa travesía. Sabía que esta elección podría acarrearme desafíos, pero no podía permitir que enfrentara el mundo desconocido solo, especialmente por una búsqueda impulsiva de comprender a los humanos que tanto lo intrigaban, armada con el poco coraje que podía reunir, me despedí de aquellos a quienes quería y de mis amigos más cercanos. Cargada con la determinación de seguir a mi hermano en cada paso de su travesía, dejé atrás nuestro dulce hogar con la esperanza de que algún día regresaríamos juntos.

El primer paso que di fue un doloroso golpe directo a mi corazón, como si una ráfaga de viento gélido hubiera atravesado mi pecho. Ver a mi hermano, quien se sumió en su búsqueda, alejarse sin ningún remordimiento, dejándome en la soledad de un mundo desconocido, me dejó con una sensación de desamparo abrumadora. La herida de su indiferencia se profundizó cuando, con una frialdad cortante, afirmó que nunca me había pedido que lo acompañara, como si mi presencia careciera de importancia. Se alejó sin voltear atrás, como si mi existencia hubiera sido borrada de su mente.

Me encontré varada en un entorno extraño y hostil, como una hoja a la deriva en un océano de incertidumbre. Las calles desconocidas y los rostros extraños eran un recordatorio constante de que estaba sola, abandonada en un mundo que no entendía y que no me entendía. Mi hogar quedó atrás, y me vi forzada a arreglármelas en medio de la adversidad, buscando mi camino en un paisaje en constante cambio.

Los días pasaron, llevándose consigo la familiaridad y la comodidad que alguna vez conocí. Los meses se desvanecieron en el horizonte del tiempo, y los años se acumularon como capas de polvo en un rincón olvidado. A pesar del paso del tiempo, seguía atrapada en este reino ajeno, como si las raíces de mi pasado se hubieran desgarrado y me hubieran dejado a la deriva en este mundo desconocido.

Mi corazón anhelaba desesperadamente la presencia reconfortante de mi hermano y de mis amigos, quienes habían sido mis pilares de apoyo, mis confidentes y mis protectores incansables. Cada día, sentía el peso de su ausencia como un agujero oscuro en mi pecho, recordándome la elección que había hecho de abandonarlos en mi afán por seguir a alguien que había demostrado ser egoísta e insensible, una realidad que me resultaba difícil de aceptar.

Observando hacia atrás, me costaba creer que aquel hermano mayor, quien había sido mi guía y mi compañero desde que éramos niños, hubiera tomado la decisión de dejarme a merced de un mundo desconocido y a menudo implacable. Mi mente luchaba por reconciliar la imagen del hermano que conocía, cariñoso y protector, con el individuo que me había dejado atrás en busca de sus propios deseos egoístas. Su indiferencia ante los posibles peligros que podrían acecharme en el mundo humano me dejaba perpleja y herida, como si una parte de mi confianza en él hubiera sido destrozada.