COMO SALVAR UNA VIDA [ Jax Teller ]

Capitulo 3

E L I Z A B E T H

Me toco el turno de la madrugada en la cafetería 'Genial' pensé cuando Mavel, mi jefa, me aviso que justamente ese día había un cambio en mi horario. En cuanto llegue pude notar que el lugar estaba completamente vacío de clientes, por lo que tome la libertad de acomodarme en la última cabina de la cafetería. Los turnos en la madrugada son los mas aburridos aunque a veces, si tienes suerte, conoces a gente interesante. Por ejemplo hace una semana conocí a Roosevelt, el ahora jefe del departamento de policías, se sentó en una de la cabinas con otros dos uniformados como el, los escuche discutir sobre el regreso de la invasiones a las casas, aunque me mataba la curiosidad preferí hacer oídos sordos, el saber los detalles de eso me pondría ansiosa de dejar a Wayne en casa solo o de quedarme sola en casa. 

Estaba bien acomodada sobre uno de los sillones de la cabina, casi quedándome dormida pero la campana de la puerta me despertó, vi como tres hombres con chalecos entraron y ocuparon una cabina cerca de la puerta, rápidamente pude reconocer que se trataba de los Sons, voltee a ver a Ruby para ver si lo atendería y como supuse se acercó a ellos rápidamente. Cuando Ruby se entero de que alguna vez fui amiga de los hijos de los Primeros Nueve se emocionó tanto preguntando sobre ellos, que Mavel amenazó con despedirnos a ambas si seguíamos hablando.

A lo lejos, aún dentro de mi cabina, pude reconocer que el que se encontraba sentado en mi dirección era Tig, seguía exactamente igual a como lo recordaba, dándome la espalda estaba Jax, su cabello rubio podía delatarlo a un kilómetro de distancia, y a su lado un chico que no había visto antes, tenía un mohawk y tatuajes en su cabeza, lo único que pude pensar fue en el dolor de eso; seguí en la misma posición y decidí continuar con mi sueño cerrando mis ojos pero fui interrumpida una vez mas, haciendo que abriera los ojos rápidamente al sentir unas manos en mis piernas.

"Elizabeth tienes que ayudarme" vi a Ruby demasiado cerca de mi rostro, 'esta chica tiene que aprender el concepto de espacio personal' pensé.

"Creí que ya lo tenias cubierto" le respondí, ella aun sin alejarse de mi, me contestó:"No puedo, mis nervios me ganan, mira" me mostró la hoja en la que había tomado la orden, parecía que llevaba tres años con Parkinson por la forma ilegible de la letra, le arrebate su libreta y puse mis manos sobre sus hombros.

"Primero, aléjate, me perturba demasiado tenerte tan cerca" la hice a un lado delicadamente para poder levantarme de mi lugar "Segundo, esta bien los voy a atender yo, pero el siguiente cliente que venga lo atiendes tu y la propina es mía" me miro entrecerrando los ojos comó si yo fuese malvada para luego asentir rápidamente.

"Lo prometo, ahora ve a tomar su orden otra vez" me dio un abrazo rápido y corrió detrás de la barra. 

 Di un largo suspiro y camine hacia ellos deseando que no me reconocieran con el uniforme pero eso era pedir un milagro.

" Hola chicos ¿qué les puedo traer?"  pregunté viendo directamente a mi libreta, uno de ellos me contesto y al no reconocer la voz por instinto voltee a verlo.

"Una chica ya nos tomó la orden" replico el chico de los tatuajes con una sonrisa que parecia forzada.

"Lo se, pero mi compañera tiene cierto fanatismo con ustedes y esta demasiado emocionada como para poder escribir" le explique devolviendo mi mirada a la libreta.

"¿Y tu no?" pude reconocer la voz de Jax, dirigí mi mirada a él y vi que me sonreía de lado, sí Ruby hubiese estado en mi lugar seguramente se hubiese lanzado sobre él, ¡demonios! Yo también lo haría sí mi sentido común no ganara siempre sobre mis deseos.