Prólogo

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Es probable que, estando en un barco sin saber a donde se dirige, tengo derecho al miedo. Pero solo tengo curiosidad, así que subo a cubierta y observo silenciosamente. Miro el mar cauto y murmurador, sintiendo como el tiempo pasa sin rozar el agua.

Entonces la escucho. Esa voz que no oía hace mucho.

-¿Hija? -Le oigo decir, pero no es Hasta que vuelvo a oírle que se que se refiere a mi-. Ven rápido, ¡hija ven aquí!

Su voz alerta mis sentidos y me hace despertar. No se a donde correr o que hacer, solo sigo su voz hasta llegar al resguardo del barco.

-¡Corre! ¡Rápido!... ¡Aghh! -Escucho un grito ahogado, me quedo quieta, inmóvil observando las provisiones del viaje. Un horrible carcajada malévola me recuerda que estoy huyendo... La pregunta es... ¿De que?

Corro hasta verme encerrada entre al curva de la estructura del barco y un montón de cajas, canastas y lonas. Me vuelvo a ver espantada, me encuentro con el vacío y suelto el aire en un suspiro estruendoso y fatigado. Camino por el lugar repentinamente distraída hasta que entiendo que buscaba. Veo el cuerpo de mi madre, inerte en el suelo, a su lado una daga que no sangra y más allá a mi padre, también muerto. Ni siquiera tengo tiempo de llorar antes de salir corriendo de nuevo envuelta en pánico. Sin notarlo, ha llegado primero que yo a la cubierta. Me toma por los brazos con brusquedad y me acerca a él. Lleva una capa negra y traje del mismo color. Ojos Azules oscuros como la marea, ahora turbulenta de color de la noche. Deja entrever una sonrisa blanca brillante en la oscuridad, lleno de malicia... Entonces despierto.

Rayo De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora