CAPITULO VII:

27 2 3
                                    

Beatrice organizó nuevamente la mesa, de modo que los dos platos de más quedarán bien ubicados. La cena se pospuso hasta las siete con treinta, cosa que me dejó atónita. Debía ser una visita muy importante como para hacerse esperar con tanta paciencia. No quise subir de nuevo a mi habitación ya que aquel ambiente empezaba a sofocarme. Por lo mismo, me quede en el comedor mientras Beatrice terminaba de arreglar todo para la cena.

Siempre tuve muy buena relación con las criadas. Aunque trataba de ser distante para así evitar que tuvieran problemas con mis abuelos.

Faltando cinco minutos, observo a abuelo entrar apurado al comedor, pidiendo que me arregle un poco más para "la ocacion". Subo entonces en búsqueda del vestido blanco que había utilizado hace algunos días para visitar a Tobias. Me calzo unas zapatillas negras y me arreglo el cabello en un moño alto, con algunos mechones, ahora ondulados adornando mi cara. Cuando estoy ya lista, bajo impaciente hasta el primer bloque, justo en el momento en que la visita se presenta.

Una mujer con cabello castaño y ojos grandes entra primera.
Detrás de ella, le sigue un caballero de melena oscura y larga, recogida atrás, además de unos ojos celestes muy profundos.

-El señor y señora Noroeste -Habla el mayordomo -, Miranda y Santiago Noroeste.

Se inclinan con elegancia. Correspondo, mas mecánicamente de lo que hubiera querido. De la misma forma, mi hermana y el resto de mi familia.

-Déjenme que los presente -Habla mi tío -A mi mujer, ya la conoce.

Mi tía se inclina, reverente. Mi tío pasa ahora su vista a mis abuelos.

-El señor y señora Dreams -prosigue.

Los dos se mueven en sincronía, para presentarse ante la fascinante pareja, que hasta ahora mantuvo su sonrisa de ambas partes.

-Mi sobrina mayor, Laila Keys.

No estoy muy segura del porque, pero mi hermana conserva aún el nombre de familia de su padre.
Sonríe dulcemente y su movimiento es tan refinado, que no puedo evitar el quedarme inmóvil.

-Y por último, mi sobrina menor -Se dirige a mi con ternura -, Elaís Bless.

Se me hiela todo al oír mi nombre. Si debía inclinarme, no lo hice. Me límite a mirarles y ellos a mi, luego entre sí y luego nuevamente a mi con una sonrisa que refleja de alguna manera, el mismo sentimiento. Una sonrisa de entendimiento mutuo.

Mi abuela me lanza miradas asesinas. Agacho apenas la cabeza hacia ellos, que toman ahora la palabra.

-Cuando dijo usted que su sobrina era hermosa -Habla la esposa -, créame, no se ha equivocado.

Indica con la mano hacia el lugar en donde me hallo de pie, junto a mi hermana.

Me mira esperanzada. No se equivoca la mujer tampoco, cuando se refiere a su calidez y fina gracia.  《Mi hermana es muy bella》. Sonrío alegre. Era lo que quería escuchar: un cumplido para ella.

-Cierto -Habla el marido -, La señorita Elaís es muy hermosa.

mis abuelos me miran, perplejos. Mi tía toma la mano de mi tío, y sonríe enternecida. Mi hermana tarda un momento en mirarme, sonriendo con sinceridad. Aunque parece que no ha sido muy de su agrado aquel comentario. Por mi parte, apenas puedo apretar los dientes, tratando de controlar la presión.

Busco rápidamente la respuesta, como si aquellas dos sílabas se hubiesen fugado de mi vocabulario. 《Gracias》. Fuerzo la voz, incitando a que salga de mi garganta. 《Gracias》. Dos segundos que han pasado, serán el recuerdo de años en adelante. la temperatura en mis mejillas, manos y pies desciende rápido hasta llegar a cero. Mi rostro pierde color y se tensa en la mandíbula, cada vez más fija, sin detenerse aún cuando es incómodo e incluso doloroso.

Rayo De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora