Vives en cada rostro del mundo. En los ojos de las personas, en los pétalos de las rosas, las nubes de la tormenta, el reflejo del sol en la luna, las horas frías de la madrugada, las sombras de las calles.
Te veo en el mundo, tú eres el mundo.
¿Dónde estás?
Si siguiera este hilo rojo hasta su extremo, ¿encontraría tu meñique?
Me asusta pensar que solo existas detrás de mis párpados, riendo dentro de mi cráneo. Me asusta imaginar que el hilo rojo de mi meñique, tal vez esté cortado.
Dicen que nuestra mente nunca olvida un rostro, por eso sé que te he conocido, que me enamoré de ti y me olvidé de quien eras.
¿Tú también sueñas conmigo? ¿Tú también me ves en cada minúsculo detalle de este mundo? ¿Me estás buscando? ¿Me estás esperando?
Tu rostro se difumina al amanecer, pero el recuerdo queda siempre conmigo. Bailas en medio de la vigilia y el sueño, ese es el único mundo en donde vivimos juntos, en el que soy feliz. Los eternos segundos antes de despertar, la eternidad donde todo puede ser posible, incluso estar contigo.
Eres quien se ha robado mis sueños, la que me hace mirar al cielo en busca de un milagro, la que me desborda de calidez, porque es seguro que existes. Sé que existes.
Yo también existo, yo también he olvidado, yo también creo que eres real como la tierra sobre la que giramos, y creo en el encuentro que tendremos.
Soy un soñador y sé que tú también lo eres. Te estaré buscando en la vigilia, solo espérame. Te estaré esperando en el sueño, solo búscame. Y, sobre todo lo demás, te estaré por siempre soñando así que solo... suéñame.
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14 Días de San Valentín
RomansaCatorce historias cortas, catorce formas distintas de encontrarse con el amor. ¿Alguna de ellas te habla a ti?