Oz se despertó cuando el sol acababa de salir, iluminando su rostro y coloreando sus párpados cerrados. Alice estaba aún dormida, a su lado, con el cabello oscuro y suave desparramado sobre el suelo. Antes de levantarse para desayunar con los demás la observó con una sonrisa de cariño. Tal y como estaba, con los ojos cerrados y el rostro tranquilo, parecía incluso tierna, impresión que sin duda estropearía al despertar.
—Buenos días, Oz —saludó Gilbert, sacándolo de su ensoñación, mientras le tendía el cuenco de galletas—. Adivina lo que hay para desayunar...
El joven cogió unas cuantas galletas y bebió té hasta que se hartó. Comenzó a comerlas lentamente y se acercó al grupo que se había formado un poco más allá para poder escuchar la conversación que estaban manteniendo. Alice aún seguía dormida donde la había dejado, pero creyó que lo mejor era dejarla descansar.
Todos comenzaron a hablar sobre temas intrascendentes, con el objetivo de aligerar la tensión en el ambiente. Oz lo agradeció profundamente.
—Gilbert, ¿tú no piensas casarte nunca? —oyó que preguntaba Sharon con una risita. Oz no pudo evitar reír también; aquel era un tema que incomodaba enormemente a Gil.
El aludido se puso rojo como un tomate.
—¡N... no! —tartamudeó, tratando de contener la vergüenza—. Aún n... no he pensado en ello c... con detenimiento. Y...
—Gil aún no ha encontrado a ninguna persona con la que quiera mantener una relación —intervino Vincent con una sonrisa maliciosa. Gilbert lo miró fijamente, incrédulo. Luego, la expresión del hombre rubio cambió a una más seria—. Sin embargo, es cierto que debería casarse con alguna noble, ya que ahora el futuro de la casa Nightray depende de él. Todos los demás están muertos.
—También podría depender de ti, Vincent. ¿Tampoco piensas casarte? —siguió Sharon. Su abuela le dirigió una mirada divertida; sin duda, aquello lo había heredado de ella. Shelly nunca había mostrado mucho interés por las relaciones de los demás como la mayoría de las damas Rainsworth, así que a Cheryl le sorprendía gratamente que su nieta fuera así.
El joven rio.
—Digamos que yo soy... un alma libre.
—No, lo que ocurre en realidad es que las ratas no pueden casarse —murmuró Break, mordaz, con una amplia sonrisa en el rostro.
De pronto, alguien posó una mano sobre el hombro de Oz. Sobresaltado, se dio la vuelta, pero ya sabía de quién se trataba.
—¿Qué diablos estáis haciendo? ¿Y por qué no me habéis despertado? —preguntó Alice, enfadada—. ¡Hay que ponerse en marcha, venga! Y tú, Oz —añadió, apuntándolo acusadoramente con el dedo índice—, eres mi sirviente, ¡deberías obedecerme en todo momento!
El joven Vessalius suspiró, resignado, y se levantó a la vez que los otros. Alice era una joven muy impaciente, irascible y brusca. Pero, aun así, seguía apreciándola mucho. Al fin y al cabo, era la primera persona a la que se había encontrado en el Abismo —por no mencionar que antes de aquel encuentro le había salvado la vida— y habían estado juntos desde entonces, como contratista y cadena. Ella solía tratarlo como a alguien inferior, reclamándole como "de su propiedad" y exigiéndole cosas continuamente, pero en el fondo era sensible, y Oz lo sabía bien. Aquellas veces que se había derrumbado, cuando las lágrimas brotaron de sus ojos y el llanto de sus labios, el joven Vessalius había estado allí para consolarla. Porque él no soportaba verla triste.
Lo que Oz no acababa de entender era el sentimiento cálido que a veces inundaba su pecho cuando estaba cerca de la joven. Sharon hubiera asegurado que, sin lugar a dudas, era amor, pero el chico no estaba del todo seguro. Podría ser solo cariño, podría estar confundiendo amistad con otra cosa. Por eso, y porque si le comentara algo a Alice sobre todo aquello probablemente recibiera una patada y un par de bofetadas, además de una negativa aplastante, había decidido no hablar con nadie sobre esos confusos sentimientos. Además, estaban en la Caja de Pandora. ¿Realmente había tiempo para pensar en aquellas cosas?
ESTÁS LEYENDO
La Caja de Pandora
FanfictionOz, Gilbert y Alice aparecen en una dimensión distinta a la suya, pero no están solos: más miembros de Pandora han caído. Ninguno de ellos sabe dónde se encuentran, pero Rufus cree que están en la Caja de Pandora, una prisión parecida al Abismo. Par...