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Capítulo 6

Los últimos rayos del sol descendieron hasta quedar solo oscuridad. La ciudad en donde estábamos era muy grande y tardaríamos un par de horas más para poder salir.

Brenda estaba dormida, Lia conducía mientras cantaba una canción en español.

  — ¿Sabes español?

— Claro, mis padres eran mexicanos y me enseñaron español, es mucho más interesante hablar dos lenguas.

— ¿Tus padres nacieron aquí o se vinieron para acá?

— Se han venido para acá, allá en México la situación era muy difícil, sacaron el pasaporte y huimos.

— Yo si nací aquí y antes de todo esto nunca había salido de Chicago.

Ella siguió conduciendo, frenó tan de repente que Brenda se estampó contra mi asiento.

— ¿Qué paso? — Preguntó Brenda.

—   He visto algo adelante.... — Dijo Lia.

— ¿Estas bien Brenda? — Pregunté.

Ella guardó silencio, Lia volvió a avanzar, Brenda seguía callada, me quité el cinturón y voltee a verla, su frente estaba sangrando.

— Estas sangrando,  — dije. 

  — Tranquilo, no es nada, solo necesito una venda o una gaza.

— Lia, vamos a un hospital, no tenemos vendas.

Me quité mi camisa y se la di a Brenda. 

Ella nos miró  y condujo más rápido de lo normal en busca de un hospital. Llegamos a uno.

— Yo iré, ustedes quédense. — Dijo Lia.

—Iré contigo. —Dije.

— No, tú te quedarás con Brenda, ¿Qué pasa si viene alguien y trata de robarse el carro?

— O que tal si te atacan muchos zombies.

Me quedé callado los dos teníamos un muy buen punto, necesitábamos en los dos lados, pero no podía dejarla.

  — Ya sé. — Dijo Brenda.  —  Lia, he agarrado esta cámara, la he conectado y puedo ver todo lo que tu veas.

Ella encendió la cámara, se la colgó en el cuello, agarro su ametralladora y caminó adentrándose al edificio.

 Entré en la camioneta a un lado de Brenda, cerré los seguros y tenía mi escopeta en mano por si algo pasaba, ella logró conectarla a su celular y pudimos ver todo.

Lia avanzaba dando pasos cortos, delicados, que no hacían ruidos. El hotel estaba en pésimas condiciones, parecía sacado de una película de terror, las paredes estaban despintadas, estaba todo muy oscuro; lo único que alumbraba el camino era una lámpara, había muchas cosas de medicina tirado por todo el suelo, incluso hasta había cadáveres en el suelo. 

Vi que ella saltó, solo era por una rata, caminó por los largos pasillos, ella doblo una esquina y un zombie la atacó ella cayó al suelo, su pistola estaba a unos 10 cm, ella pateó al zombie, alejándolo unos centímetros, agarro su pistola y disparo justo a tiempo.

"Eso estuvo cerca, pensé."

Ella se paró y siguió caminando, llegó a una habitación y agarró muchas vendas y alcohol.

De regresó todo fue más tranquilo.

Iba a salir, vimos nuestra camioneta y se detuvo, después se escondió. Yo no entendía el motivo de su comportamiento y Brenda estaba igual de confundida que yo.

Ella volteó a nosotros y entonces lo vi había unos 5 hombres apuntando a la camioneta, eran mercenares.

Uno caminó hasta nosotros, volteamos y ya estaba en frente.

Baje la ventanilla y hablé.

  — No queremos comprar nada, muchas gracias. 

Él se rió.

— Queremos su camioneta, bájense.

No de nuevo.

  — De acuerdo... — Dije.

— No, esperen.... Creo que ustedes me servirán de mucho.

— ¿Servir de mucho? — Preguntó Brenda.

— Bajensé.

Lo hicimos, bajamos lentamente. 

— Subansé a la cajuela.

Nos miramos y obedecimos. 

Los cinco chicos se subieron a la camioneta y avanzamos, voltee a ver atrás y ahí estaba ella, se subió a un carro y comenzó a seguirnos.

Avanzamos por toda la ciudad, las estrellas brillaban más que nunca, la luna era más grande de lo usual, los edificios eran altos.

Llegamos a un edificio y nos bajaron.

Nos hicieron caminar dentro del edificio, caminamos y vimos a unas 60 personas, muchos nos miraban anonados, otros platicaban y otros peleaban por comida.

Nos mandaron en un cuarto y nos encerraron.

Brenda me miró asustada y preocupada.

— ¿Crees que Lia venga por nosotros?

— Lo hará, ella lo hará.