Capítulo 23

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Desperté gracias al molesto sonido de mi despertador, tanteo mi mesita de noche sin mirar y les diré; eso también es muy mala idea. Mi pequeña lámpara y despertador terminaron cayendo estrepitosamente, jure escondiendo mi cara en la almohada; ahora entendía ese estúpido dicho de que el haragán trabaja doble, porque justamente eso era lo que me tocaba. Suspire resignada, fregué mis manos contra mi rostro en un intento de espabilarme, cosa que obviamente no sirvió de mucho, hacia tanto tiempo, que no dormía tan delicioso, mire hacia la ventana y apenas comenzaba a amanecer, gemí al percatarme de que realmente debía ser muy temprano ¿por qué rayos ese estúpido despertador sonaba tan temprano? Observe el piso y sorprendentemente el despertador sobrevivió y la lámpara pues digamos que no tuvo tanta suerte. Me levante y comencé a recoger los restos de la linda lámpara con cuidado de no cortarme, no sé porque, tal vez, mi subconsciente estaba más despierta que yo y por eso mi mirada se encontró con un pequeño almanaque colgado en la pared que se encontraba diagonal a mi cama y con eso el entendimiento llego, hoy era el cumpleaños 17 de Mery, termine de recoger rápidamente mi desastre para correr al baño rogando poder lograr lo que tenía pensado para Mery, una vez estuve lista salí de mi habitación con el menor ruido posible.

¿A dónde vas pequeña fugitiva?-escuche el susurro a mis espaldas ¡genial! Y yo que pretendía dejar mis dramas personales para más tarde, volteé lentamente encarando a una Hayle algo enojada.

Te lo contare pero no aquí ¿está bien?-respondí en voz muy baja, me miro con desconfianza unos minutos y luego asintió. La tome rápidamente de la mano incitándola a caminar junto a mí para dirigirnos a la oficina del director.

Antes de llegar a la oficina Hayle se detuvo.

No daré un paso más Cassia Duarmón hasta que comiences a contar- puso sus brazos en jarra y frunció el ceño.

Bien, tú ganas-conteste, Hayle me miro victoriosa-1, 2, 3, 4, 5- comencé a contar, conteniendo las ganas de reír mientras la antes victoriosa mirada de Hayle se transformaba en una confundida y enojada mirada.

¿Qué mierda haces Cassia? -su ceño se profundizo más, mientras comenzaba enrojecer de coraje.

Cuento ¿acaso no me pediste que lo hiciera?- Sonreí ampliamente sin dejar de observarla, no era momento para contarle todo el drama con Isaí, ni inventar excusa por lo cual no había ido a cenar que era lo que Hayle exactamente quería, pero sabía que no se detendría hasta que se lo contara por mas payasada que tratara de hacer o decir para despistarla.

Se acercó amenazadoramente hacia mí.

No juegues conmigo Cassia-siseo, hundí mis hombros derrotada y mi sonrisa se transformó en una mueca.

Hayle te contare lo de Isaí y todo lo demás pero no ahora, hoy es el día de Mery quiero hacerle algo especial, no lo empañemos con mi terrible vida personal ¿vale?--le di mi mejor mirada suplicante y aunque podía ver su renuencia, termino por ceder.

Vale, pero esto no se quedara así Cassia- me señalo con su dedo índice.

Lo prometo-le di un rápido abrazo.

Entonces ¿qué le haremos a Mery?- preguntó.

¿Qué tal si tú te encargas de un delicioso desayuno para ella? yo debo hablar con el director y el señor Wesley eso si esta como siempre con el director-

¿Para que necesitas hablar con ellos?-inquirió, me escudriño con sus ojos entrecerrados.

Es bueno... complicado, te lo contare luego ¿está bien?-coloqué mi mejor cara de niña buena.

De acuerdo, solo no tardes ni desaparezcas ¿ok?- asentí en modo de respuesta y seguí mi camino sin perder mas tiempo.

-Llame a la puerta del director sin mucha decencia-sin dejar de observar como Hayle caminaba rápidamente lejos de allí, no quería meterse en problemas y debía lograr robar comida para Mery de la cocina antes de que abriera el comedor cosa muy fácil para ella. Seguí tocando una y otra vez, cada vez más rápido ya estaba a punto de darme por vencida, cuando un muy molesto director Berlys abrió la puerta de pronto sin darme tiempo de detener mi puño con el cual pretendía volver a tocar- ¡pero qué demonios! - Chillo el director ¡genial simplemente genial Cassia Duarmón! desfigura el rostro del director, tonta.

REINA ELEMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora