Como? Cuando? Que?! P-porque está un chico abrazándome.
-Disculpe, n-no puedo respirar
-Lo siento Miu, hace tanto tiempo que no te veía y ya estás así de grande.- me dijo aquel chico.
-Siento decirte esto, pero creo que usted se equivocó de persona.
-¿huh? Creo que eres igual que la del foto, acaso no me recuerdas? Soy Ren, el vecino tuyo cuando teníamos apenas 4 años, solo que dos años después de conocerte me trasladé al extranjero.
-No me suena
-Vaya que memoria de pez tienes (reír) pero me gusta
- Y si fuera cierto, ¿porque estás aquí?- le pregunte extrañamente.
- ¿No es obvio? Me deje algo importante aquí- me respondió sonriendo
- ¿Cómo el que?- con un tono interrogativo se lo pregunte, pero siento como si supiera que iba a responder.
- ¿Cómo un beso tuya?
- ¡Q-Qué!- le respondí mientras giraba rápidamente la cabeza, pero ¿que estaba diciendo aquel chico? ¿Es que algo se le había dado en la cabeza? Un beso?!
- Lo siento lo siento solo bromeaba, no era eso aunque también se podría decir que lo podría ser- me respondió riéndose. Yo estaba un poco decepcionada de que solo fuera una broma, aunque sí fuera real tampoco me alegraría. De repente sonó el timbre para volver a comenzar las clases, el chico me despidió diciendo que nos volveremos a encontrar, yo no entendí muy bien a lo que se refería pero me bombardeaba el corazón , con unos latidos que nunca antes tuve ¿por qué?. Me fui corriendo rápidamente hacia mi clase, no terminé de almorzar y ahora estoy pasando un poco de hambre, y de repente alguien cogió de mi mano. No sabía a dónde me dirigía, alguien me estaba cogiendo fuertemente de mi mano hacia subir hasta lo más alto de este edificio, destino a la azotea. Esta persona tenía el cabello rojo anaranjado , era mucho más alto que yo, espera, este es... el chico perdido. Casi llegando a la puerta de la azotea, de un golpe retiré mi mano.
- Espera, ¿adónde me llevas?- se lo pregunte de una forma un poco enfadada, ya que las clases estaban a un minuto de empezar.
- A la azotea, saltaremos solamente una clase, así que no te preocupes- me respondió de una forma segura.
- ¿Por qué?
- ¿Acaso has terminado de almorzar?- esas palabras hizo que me sonrojase, ¿como sabia que no había terminado de almorzar?. Me volvió a coger de las manos y subimos hasta la azotea. Nos sentamos en uno de esos rincones y mientras terminaba de almorzar, este me miraba fijamente, como si quisiera hablar de algo.
- Oye, gracias por guiarme esta mañana- me lo dijo de una forma muy amable.
- Tenía que hacerlo, g-gracias por esto- no entendía nada ¿por qué me estoy sonrojándome cada rato?
- Disculpe, pero ¿usted es un acosador?- se lo pregunte girándome la cara al otro lado.
- Acosador! (Reír) claro que no, ¿por qué lo preguntas?- me respondió.
- No sé, cómo sabías sobre qué no había acabado mi almuerzo.
- Porque te estuve mirando desde aquí todo el descanso- me respondió con una sonrisa en su cara. Sin duda esta vez mi cara era un tomate, mejor explicado, más que un tomate. Tuvimos una conversación un poco tranquila durante la hora, hasta que llegó el cambio de clase.
- Por cierto, no sé cuál es tu nombre- me preguntó aquel chico.
- Miu, clase 2 A, no encantada- le respondí sonriendo, mientras iba corriendo hacia mi clase a toda prisa y sabéis que, llegue justo a tiempo. Cuando abrí mi agenda, miré que clase era la anterior y me sorprendí, era ¡matemáticas!
- Disculpe, pero ¿explicó algo difícil el profesor, en la clase anterior?- le pregunte a Haru un poco nerviosa.
- No, no te preocupes era fui fácil- me respondió con total amabilidad, suspire feliz de que no haya explicado algo nuevo el profesor, hasta que me enseñó los apuntes- Esto fue lo que explicó antes.
- ¡Qué! - grite fuertemente, toda la clase me estaba mirando, hasta el profesor. Al rato después, el profesor nos castigó a Haru y a mí, limpiar el salón mañana, porque hoy al ser el primer día no. Cuando terminó todas las clases, estaba un poco agotada. Me levanté rápidamente para pedirle disculpas a Haru.
- Lo siento, lo siento, lo siento, todo es mi culpa, no debí haberte preguntado- le dije en un tono de preocupación y arrepentimiento.
- No no te disculpes, está bien- me respondió. Un grupo de chicas se le acercaron y le preguntaron que si quisiera ir a algún lugar juntos, pero este se negó, con una excusa "Lo siento, pero hoy tengo una cita con una persona especial para mí", se giró y me miró con una sonrisa, e- es decir, ¿yo?!CONTINUARÁ
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Eres la chica del cerezo
Genç Kurgu"Nunca tuve suerte en la amistad ni en el amor, pero cuando el cerezo volvió a florecer en la primavera de mi segundo curso, tres personas aparecieron, donde yo los llamo los tres milagros de este cerezo." Es una historia, donde Miu la protagonista...