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Brenda fue la primera en sentarse frente a la fogata, al hacerlo hizo una mueca de alivio, realmente debió tener mucho frió.

Yo seguía pensando en lo que me dijo pocos segundo antes, si no fue ella la que vi sentarse junto a mi ayer en la noche, ¿Entonces quien fue?; o tal vez me esta jugando una broma, se que es completamente capaz de hacerlo; me senté junto a ella, las llamas eran cálidas, reconfortantes, eran realmente agradable.

-Entonces no fuiste tu la que durmió junto a mi ayer.- dije mientras giraba mi cabeza para verla, como la obscuridad de la noche ya había llegado, solo pude distinguirla por la luz del fuego que iluminaba su rostro.

-Ya te lo dije Thomas, no fui yo, pero si tanto lo deseas puedo dormir contigo esta noche.- me observo directo a los ojos, con aquella misma mirada que me dio antes de tomar mi rostro y besarme, me intrigo la forma en que puede cambiar de una personalidad a otra y en realidad comenzaba a gustarme cada vez mas esa mirada.

Harriet se coloco frente a nosotros extendiendo sus brazos para darnos algo de comer, era una pieza de pescado asado sobre pedazos de corteza de árbol que servían de platos. –Sartén hizo la cena, no les prometo que sepa muy bien, pero recuerden donde estamos.- explicaba mientras tomábamos los platos, -Se que es poco pero apenas la gente está aprendiendo a cazar y a pescar tomara un tiempo para acostumbrarnos a esto.-

Cuando el olor de la comida llego a mi nariz, la boca se me hizo agua, en serio que tenia hambre. Saque dos botes de agua de la mochila que Brenda me había dado y luego se la pase a Harriet. –Aquí esta las demás botellas.-

Ella la tomo, nos dijo provecho y se retiro, yo voltee a ver el improvisado plato y comencé a comer, aunque me moría de hambre no quise acabármelo rápido, no creía que hubiera segundas rondas.

No hablamos mucho mientras consumíamos los alimentos, sólo un "no esta tan mal", "que porción tan pequeña" o la insistente alusión del hambre que teníamos. 

Terminamos los alimentos y nos quedamos en silencio viendo la fogata, yo solamente pensaba en quien pudo haber sido la persona que vi ayer en la noche, quizás fue un sueño, después de todo estaba muy cansado, pero si lo pensaba bien no era la única vez en que me sucedió eso, justo hoy tuvo un incidente similar en el bosque, ¿Acaso es que me estoy volviendo loco?.

Mis pensamientos se interrumpieron por la llegada de Minho, quien se sentó a mi lado. –Este día fue muy pesado y al parecer nos esperan muchos así.- se quejaba mientras se acosaba colocando sus brazos tras la cabeza.

-Tienes razón, falta mucho tiempo para poder establecernos adecuadamente.- respondí. –Bueno si no te importa creo que dormiré ahora.- apenas planeaba contestar y este ya estaba roncando.

-Minho es toda una figura.- replicaba Brenda con una sonrisa en su rostro, -Pero me agrada que sea así, es divertido.- terminaba su oración mientras recargaba su cabeza en mi hombro.

-Que no te escuche diciendo eso o no te dejara en paz.- le respondí con burla imaginado cómo Minho comenzaría a molestarla. –Sabes Thomas,.- tardo uno segundos en completar la oración, -me alegra estar aquí a tu lado.- extendió su mano hasta alcanzar la mía, las coloco sobre sus piernas y las cubrió con su otra mano.

Una sensación de paz y de ternura recorrió mi cuerpo y este se relajo, no me había dado cuenta que estaba tenso; sonreí y me incline hasta darle un beso en la parte superior de la cabeza.

Coloque mi cabeza sobre la suya y nos quedamos así hasta que Brenda se quedo dormida, lo advertí por su respiración acompasada, trate de moverme lo menos posible para no molestarla y me quede ahí viendo hacia la nada tratando de entender que es lo que me pasaba.

De pronto me encontré en el Área, debajo del árbol donde cené por primera vez cuando llegue al laberinto, Chuck estaba a mi lado y lo veía mover la boca sin parar, en ocasiones me miraba y sonreía, parecía estar divirtiéndose, pero luego me di cuenta de algo, que no podía escuchar lo que decía.

Trate de hablarle -Chuck.- pero al instante note que no podía escuchar mis propias palabras -CHUCK, CHUUUCK.- grite y nada, el seguía hablando como si nada sucediera, distingo que el voltea a saludar a alguien, giro para ver quien es y veo Newt, quien se acerca caminando lentamente, saludó con la mano y se puso a hablar con Chuck, -NEEEWT, ME OYES NEEEWT.- seguían sin oírme.

.-CHICOS POR FAVOR, ¿QUÉ SUCEDE?.- continuaba gritando pero nada, completamente frustrado salí corriendo de ahí hasta adentrarme en el laberinto, estaba completamente obscuro pero no me importo, yo sólo corrí y corrí como si supiera exactamente a donde iba.

Llegue hasta el pasillo que daba al acantilado y en medio del camino había alguien inmóvil dándome la espalda, no distinguía su cara debido a la negrura, comencé a caminar hacia el, pero de pronto giro lentamente hacia mi y se me queda mirando, era Alby, detuve mi paso, me quede petrificado; Sus ojos eran penetrantes, de pronto noté como Alby movió la boca y aunque seguía sin poder oír nada, esta vez pude leer sus labios. –Lo hiciste.- Y como si nada corrió hacia el precipicio y salto. –¡¡ALBYYYYY!!.- en mi mente sabia que grite con todas mis fuerzas pero el sonido de aquella palabra no llegaba.

Camine hasta el borde y no pude ver nada, simplemente obscuridad total; de repente sentí como una mano se posaba en mi hombro y instintivamente supe de quien se trataba, la mano era pequeña y delgada.

–Thomas.- por primera vez pude percibir un ruido, era lejano, como la ultima repetición de un eco.

–Thomas.- gire para verla, deseaba hablar con ella, pero ya no había nadie. –¡¡THOMAS!!.-

Abrí los ojos regresando a la realidad, -¿Teresa?.- reaccione diciendo como si tratara de continuar con mi sueño, pero poco a poco comencé a entrar en razón y me di cuenta que todos me observaban. Minho me tomaba del hombro derecho y Brenda seguía tomando mi mano, pero sus rostros era de confusión absoluta y no eran los únicos que me miraban así.

-Al fin despertaste, ¡vaya que tuviste una pesadilla!, ¿Estas bien Shuckface? .- cuestionaba mientras palmeaba mi espalda. -¿Qué fue...- no pude completar las palabras, un enorme dolor en la garganta me lo impidió.

-Estabas gritando, nos asustaste a todos, parecía que alguien te estuviera matando.- dijo Jorge mientras se acercaba a mi y se hincaba para estar a mi altura y verme directo a los ojos. –¿Ya estas bien, hermano?

Moví la cabeza afirmando como contestación a su pregunta, -Creo que es mejor que lo dejemos descansar, ha sido un largo día.- mencionaba Sartén al fondo, haciendo que la gente comenzara a disiparse.

-Solo fue un mal sueño, perdón por molestarlos a todos.- dije con voz rasposa y algo de pena, tratando de tranquilizar a todos. Brenda en ningún momento soltó mi mano, pero me di cuenta al ver su piel pálida, que de hecho era yo el que no la soltaba a ella e inmediatamente la deje ir y de reojo vi como se tomaba su mano para frotarla, debió de haberle dolido y jamás se quejo.

Mis amigos se sentaron cerca de mi, hasta Gally quien es con el que menos me relaciono. Todos trataban de hacer que se olvidara el asunto, comenzaron a hablar de las cosas que habían hecho en el día , la pesca, la caza, la recolección de agua o frutas, de la construcción de las casas tanto aquí como en el valle, y la verdad fue completamente irritante ver como todos trataban de hacerme sentir mejor, no quería escucharlos, me fastidie y fue sin pensar que acepte la idea de Jorge.

-Me iré a vivir a la colina.- dije sin premura, sin alzar la voz, sin mirar a nadie, no deseaba ver a nadie a los ojos, mucho menos a Brenda.


Y desconcertados guardaron silencio.

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