Errores

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Debajo de las suaves sábanas me mira a los ojos una vez más con esa hermosa sonrisa y une nuestros labios en un último beso. Nuestros cuerpos se unieron en pasión a lo largo de la noche, deseosos uno del otro por entregar todo el amor que sentimos, sin nada, como llegamos al mudo: desnudos, un poco asustados y con ganas de descubrir cada vez más. Después de todo ello, sumergidos en una charla llena alegre, llena de recuerdos, caricias y risas nos acurrucamos uno al lado del otro. Me sentía cansada, pero sentía esa necesidad de mantenerme despierta junto a él y aprovechar cada segundo de su compañía.

He logrado olvidar completamente todo por un rato, me siento relajada al no tener que pensar itinerarios, citas, tareas, viajes. En lo único que pienso es en esos ojos claros que no se apartan de mí mientras hablo. Y me hago una pregunta: ¿A quién buscaba cuando el mundo se me caía a pedazos? Básicamente es solamente el quien recogía pedazo por pedazo y volvía a componerme con un simple abrazo uniendo todas esas piezas sueltas dentro de mi para que volvieran a su lugar. Durante tanto tiempo necesité a alguien para charlar hasta altas horas de la madrugada. Hablar sobre cosas interesantes. Reír, confiar, llorar...

Más bien...necesito.

-Es muy difícil encontrar a alguien que quiera escuchar todo lo que hablo, todo lo que tengo guardado y quiero decir, que entienda toda la mierda que pienso y muestre interés en eso- susurra Ed.

-Todo lo que dices me interesa y créeme, no es ninguna mierda. Hace meses que quiero escuchar a alguien que no hable de dinero, deudas, penas o de logros inservibles. Esta es la mejor charla que he tenido en mucho tiempo y siento que no es necesario desahogarme contando mis desgracias.

-Hay un lado bueno después de todo- acaricia mi piel al descubierto con sus dedos dibujando lineas y círculos.

- Si, lo hay- me recuesto sobre su pecho y el me rodea con los brazos.

Ya casi a punto de amanecer advierto a Ed que debo volver antes que cualquier persona se entere de mi ausencia, pero insiste en que me quede por un rato más con esos ojos como si fueran de un cachorro y no puedo resistirme a ellos. Cedo a sus súplicas y no me iré hasta que no haya desayunado como el quiere, un poco sobre-protector, pero no lo juzgo, me gusta que sea así.

Sale de la casa del árbol en busca de algo para desayunar y me quedo solitaria mirando la colección de libros en la estantería los cuales, en su mayoría los ha sacado de mi cuarto, muchas cosas de mi cuarto están aquí. Al parecer cayó en cuenta de que nunca volvería a vivir en él y tomó todas mis pertenencias a su favor. A pesar de ello, este lugar es un sueño, algo que solamente se le podría haber ocurrido a Edward. Su creatividad siempre tratando de sorprenderme. Siempre quise algo así, más que nunca me había esforzado por hacerlo.

El lugar se encuentra tan silencioso que el sonido de unas cuantas voces y pasos acercándose llegan a mí como una ráfaga. Por instinto sé muy bien que no es Ed y que él nunca traería personas consigo sabiendo que estoy aquí. Corro rápidamente hacia la ventana y logro visualizar un grupo de tres personas aproximándose hacia la casa del árbol. Analizo a lo lejos sus caras y deduzco que no son nada más ni nada menos que mi hermana, Harry y Niall. Sin olvidar a Winter quien viene galopando a toda prisa frente a ellos entre los arboles. Desesperada busco un lugar donde ocultarme y lo primero que veo al elevar la mirada es el alto techo sostenido por gruesos troncos. Es hora de que mis habilidades de trepadora de árboles me sirvan para algo después de todo este tiempo.

Rápidamente corro hacia la mesa con mis pies descalzos y me subo sobre ella para poder alcanzar una de las columnas que sostienen el techo. Rodeo la columna con mis manos y con todas mis fuerzas subo mis piernas hasta que quedan abrazadas a ésta de la misma forma que mis manos. Lograr montarme al tronco me cuesta el doble de trabajo, pero a causa de la desesperación y el poco tiempo logro hacerlo en cuestión de segundos. Se oyen tres golpes en la puerta, me coloco de pie con mucho equilibrio y camino cuidadosamente por la columna colocando un pie frente al otro hasta la parte superior de la entrada.

Wild (Ed Sheeran y ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora