Veintiún Favores

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Cerré el capó del Jeep y me limpié las manos llenas de aceite en un trapo colocado en mi bolsillo. Entro al vehículo, coloco la llave y giro haciendo que el motor ruja sin ninguna dificultad. Al fin, después de tantas horas funcionó.

Voy a mi habitación en un solo trote y vuelvo cambiada. Necesito probarlo así que iré a dar una vuelta. A unos noventa kilómetros por hora me trasladaba por el camino de tierra que separan el bosque de la pradera. Amo la alta velocidad pero solamente si yo conduzco.

-Wow has hecho funcionar el perra móvil- aplaude Niall acercándose al vehículo aparcado en el estacionamiento del zoo.

-¡No lo llames así!- me cruzo de brazos - Se lo vine a traer a Bobby para ver si sirve de algo.

-Si, lo necesitan justo en este momento, llegaron las piedras para el habitad nueva de los lobos y no tenemos con que mover los carros.

-Pues- golpeo el jeep dos veces- De nada. Te lo dejo, cuidalo, tengo que ir a la universidad justo ahora.

-Lo haré, juro no ir a mas de sesenta kilómetros por hora una vez más, ese estúpido árbol no se me atravesará otra vez.

-Y por favor te pido que no lo hagas. Casi me muero de un infarto cuando me enteré de eso- apoyo mi mano en mi pecho al recordar aquella llamada.

-Awww te preocupaste por mi. Igual no me sucedió nada.

-Por eso, solamente me preocupé por mi vehículo. Pensé que lo había perdido.

-Estúpida- se quedó de brazos cruzados y al instante lo abracé.

-Bromeaba. Mejor me voy, se me pasará el autobús- saqué mis cosas del porta equipaje.

-Cuidate...estudia...no bebas...tampoco fumes- me grita mientras me alejo- Ni consumas sustancias tóxicas.

-¡Tu tampoco!

Cada día está mas frío y el invierno más cerca, no puedo esperar a ver este lugar lleno de nieve. Es una época especial para mis mejores recuerdos. Los ángeles en la nieve, las guerras de bolas de nieve y los lobos corriendo mientras juegan felices entre medio de los árboles, todo es especial. Pero últimamente solamente quiero quedarme en casa, tomar chocolate caliente y dormir tibia entre las colchas. La universidad te absorbe la vida. Comienzo a pensar seriamente que esa frase en la cual no creía en un principio se hace realidad. Mi propósito de ser libre poco a poco se vuelve un sueño del pasado.

-Creo que vas algo tarde.

Pego un salto a causa del susto y puedo sentir como el corazón galopa en mi garganta. Miro hacia todos lados alrededor de mi y me detengo en esa silueta masculina a mi derecha, Edward. Sentado sobre un tronco atravesado entre dos árboles me mira sonriente. Frunzo el ceño pero no digo una sola palabra.

-Veo que vas a la uni...¿No es así?- baja del tronco y camina hacia mí.

-Pero que...¡¿Qué rayos haces aquí?!

-Doy una simple ronda por el bosque- contesta con fluidez.

Niego con mi cabeza y coloco ambas manos en los costados de mi cadera.

-¿Quien te da derecho a desaparecer y aparecer como si nada Edward?

Sonríe- Oye, solamente hice una pregunta y te pones así de histérica.

-No es por esa pregunta, es porque desapareciste hace meses y te apareces como si nada hubiera sucedido. ¡Todo el mundo te ha buscado, dejaste preocupación en todos, me dejaste con la mitad de los trabajos a entregar incompletos y con una maldita duda en la cabeza aquel sábado. Ahora dices que yo soy la histérica!- le grito todo a la cara con tanta bronca que le pegaría un puñetazo- ¡Sal de mi camino idiota!

Wild (Ed Sheeran y ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora