Wild (Ed Sheeran y ___)

Extraña sensación

Si al pasar los días no me hubiera dado la oportunidad de conocerlo, tal vez nunca me hubiera dado cuenta en lo que me equivoqué en un principio. Ed es todo lo que menos pensé. Su edad no define su madurez, tendrá 23 pero realmente es tan divertido como un adolescente de 16; sus calificaciones no definen su inteligencia, es muy sabio, sabe demaciado para ser el peor en las clases de la universidad; y sobre todas las cosas los rumores no definen quien realmente eres.

Digamos que hasta ahora me cae "mal-bien". Me cae bien por lo que acabo que decir y mal porque su personalidad densa nunca desaparece.

Así que hasta ahora todo es paz...bueno algo parecido.

-Sheeran eres un marica- le digo de brazos cruzados esperándolo en la pradera cubierta de nieve con Winter a mi lado- Hace una semana tienes esas muletas, ya es hira de que camines sin ella.

-No- dice desde la puerta negándose a avanzar sin las muletas que escondí hace un rato- Duele mucho, en serio, es como un calor que nace desde el interior de la herida y termina por un dolor extremo.

Levanto una ceja totalmente seria.

-No puedo creer que seas tan marica- niego con la cabeza.

-Tu eres una marica- sonríe y ruedo la mirada.

-¡Ya basta!, tenemos que llegar a Highland en menos de una hora para las compras navideñas y creeme que no tengo problemas en dejarte. Y si no te apuras se nos pasará el autobús.

-Yo nunca quise ir...- se encoje de hombros.

-Yo nunca te quise llevar pero mi abuela me obligó, apúrate o te golperé dónde más te duele- Ed lentamente baja la mirada a su entrepierna y me mira con las cejas en alto- No seas asqueroso, no me refería a eso- bufo y el ríe.

-Yo tampoco...- levanta sus cejas coquetamente y enojada me dirijo hacia el garaje- Ey...¿Dónde vas?-Abro el portón y me dirijo a los estantes de la esquina. Tomo un destornillador, camino hasta la motocicleta y apoyo el destornillador en ella- ¡No, no, no! Ni lo pienses.

-Entonces camina, se nos hace tarde.

-No eres capaz de rayarla, sabes que si lo haces te mataré.

-No te tengo miedo...ah! Y recién me llamaste marica...¿No es así?

-Si, porque eso es lo que eres. No lo hagas ____.

-No, quiero comprobarte que no soy marica y que no te tengo miedo- debajo de la punta del destornillador delizo un dedo pero de lejos no de nota, así haré creer a Edward que estoy rayando la carcasa pero no es así. Espero que se la crea.

Inmediatamente empiezo a deslizar el destornillador con mi técnica e inesperadamente a solo segundos el me toma del brazo y me aleja.

-¿Qué le hiciste?- pregunta con una mezcla de bronca y angustia mirando la carcasa totalmente intacta y comienzo a reír- Te odio- suspira.

-¡Caiste, caminaste!- le grito en la cara y aprovechando que tiene su mano en mi brazo, tiro de él para que camine- Y...sé que no me odias.

-No sabes nada...

-Lo sé...Te caigo bien, y me quieres- digo entre risas.

-No me hagas vomitar.

Amo cuando se enoja, es el único momento en el cuál puedo ser la dueña de las bromas.

Llegamos a Highland y el lugar ya luce su epoca navideña con adornos por las calles. Hay varias personas haciendo compras a pesar de que no es muy común que las hayan, es un pueblo chico. Caminamos despacio debido a que él no se dispone a avanzar a a una velocidad normal por su pierna, pero sólo exagera, ni que se hubiera roto la pierna. Llego hasta una de las tiendas, la que más conozco en el lugar e ingresamos. El permanece callado, mira atento. Seguramente todo es algo nuevo para él, nunca vio tan poca gente en las calles y tiendas con precios menores a $1000.