Eran las 8 de la noche, después de una perfecta tarde con Alex, nos dirigimos a casa, esta vez yo conduciendo.
Por primera vez en mucho tiempo, yo estaba sonriendo, estaba feliz y llena de alegría. Y todo por mi chica.
" Gracias por todo." Dijo Alex, mirándome.
" Cuando quieras, sabes donde encontrarme." Contesté, descuidando un poco la vista de la carretera.
" Tienes razón. Vivimos bajo el mismo techo." Ambas reímos y luego de un rato, Alex habló. " Oye, Tobin. Yo, bueno... Es que últimamente he extrañado a mis padres y sólo los he visto un par de veces. Pensé que tal vez, podríamos ir a cenar con ellos." Su tono era nervioso, como si supiera que esa idea no me agradaría.
Tense la mandíbula. "¿A casa de tus padres?"
" Si, con ellos. ¿Algún problema?" Preguntó curiosa.
" Ninguno." Disimule.
Había olvidado que Alex no odiaba más a su madre, aunque con todo lo que pasó durante su estadía en el hospital, no tenía ganas de pasar una velada incómoda con los Morgan.
¿Debería decirle lo que habia pasado? ¿Hablarle del engaño de su madre?
" Tenía pensado decirle a Krieger y a Ashlyn también." Dijo sonriendo, sacandome de mis pensamientos.
Aún así, si ver a sus padres mantendría a Alex feliz, entonces lo haría. Haría cualquier cosa por verla sonreír. Incluso soportar a su madre. Después de todo, ¿Qué tan malo podría ser cenar con mis suegros?
" Haré lo que tu me pidas, Alex."
Llegamos a casa, estacione el auto en el lugar de siempre y baje lo más rápido que pude para abrir la puerta para Alex.
" Gracias." Dijo.
Asentí sonriendo y le indiqué el camino hasta nuestro apartamento.
"¿Lista?" Pregunté antes de abrir la puerta. Ella movió la cabeza, diciendo que si. "¿A las tres?"
" Sólo abre." Contestó apresurada.
Metí la llave en la cerradura y empuje la puerta para que se abriera, entre primero, dejando mi bolsa en la mesita y mire la expresión de Alex.
El apartamento tenía sillones de piel y un gran televisor en medio de la sala. Había también un equipo de sonido alrededor del lugar. Porque a Alex le encantaba ver películas. Y una cocina bien integrada. Un espacio donde había un pequeño piano y cientos de fotos de Ashlyn, Ali, Alex y yo. Eso en pocas palabras.
"¿Qué te parece? Si me dices que no te gusta será gracioso, porque tu elegiste la mayor parte de la decoración." Dije, tratando de romper la tensión.
" Es... " Su cara mostraba confusión y disgusto. "¿Qué clase de gustos tengo ahora?"
Reímos un rato, tal vez, el apartamento no era muy grande, pero era elegante y digno de Alex Morgan.
" Bueno, pues no han cambiado mucho. Aunque te diré que nunca has tenido un buen gusto." Dijo Ashlyn saliendo de su cuarto, haciendose una coleta de caballo.
"¡Hey!" Me queje.
" No me refería a ti, Tobin. Ella se sacó la lotería contigo." Dijo la rubia.
" Sí no fuéramos tan amigas, Tobin y yo sentiriamos un poco de celos." Ali salió del cuarto, con el cabello despeinado y la blusa algo chueca.