Si él tan sólo lo fuera sabido antes.
Elegir entre el amor o la amistad... Era algo muy difícil, al menos para él.
Ese día había llegado tarde a casa, el club de atletismo se había extendido una hora más en el entrenamiento, y el él no había podido hacer otra cosa sino quedarse en la pista, prometiéndole tanto a Doyoon como a SeungCheol –sus adorados Hyungs– pasar por la casa del primero y quedarse durante la noche ahí.
Mingyu estuvo toda esa hora extra maldiciendo internamente a su entrenador; sus amigos lo habían ido a buscar a la cuatro, que era cuando supuestamente se acababan los entrenamientos, SeungCheol y Doyoon acababan de salir del Doyang* a buscarlo a él, y por culpa del estúpido vejete no había podido irse con ellos.
Claro está que más tarde se arrepintió de ello, e incluso le agradeció al viejo porque justo cuando salía de los vestidores listo para irse a su casa, una mano pálida lo había tomado por la parte de atrás del cuello de la camisa y lo había arrastrado a un armario del conserje. Nunca en su trece años había estado tan confundido, sobretodo porque quien lo arrastraba con facilidad, era el mismísimo Lee Jihoon.
A.k.a el amor de su vida.La primera vez que lo había visto, había sido en la fiesta de cumpleaños número 10 de SeungCheol, para ese entonces Mingyu tenía apenas 8 años y acababa de mudarse a Busan con su familia, sus únicos amigos eran Doyoon y SeungCheol. Aquel muchachito de ojos pequeños, piel pálida y cabello negro lo había hipnotizado, atrapado totalmente su atención mientras estaba en medio de un partido de fútbol con la nueva pelota de SeungCheol. Obviamente debido a su distracción en medio de la cancha (el jardín trasero) se había ganado un balonazo en la frente de parte del cumpleañero.
Desde entonces, Mingyu no había podido sacarse a Jihoon de la cabeza, y claramente se lo había hecho saber, siempre diciéndole cosas bonitas y regalándole dulces a su Hyung enojón. Él estaba determinado a conquistar el corazón de Jihoon y parecía haberlo logrado cuando justo en medio de ese armario a oscuras, el bajito pronunció las cuatro palabras y media más bonitas que el moreno había escuchado en su vida, ni siquiera los gritos de su madre cuando le llamaba a comer su comida favorita se comparaban a esas palabras.
Era una respuesta a su última declaración.
–También me gustas Mingyu–ah
Si se llegara a morir ahí mismo, moriría feliz y sintiéndose realizado. También le gustaba a Jihoon, su amor adolescente era recíproco, no podía estar más feliz.
En el camino a su casa, mientras iba en el autobús, sólo había podido pensar en lo sucedido, la confesión de Jihoon, Jihoon aceptando ser su novio, Jihoon besándole, Jihoon, Jihoon, Jihoon. Se bajó corriendo del autobús, y de la misma forma fue hasta su casa, para dejar su mochila, cambiarse, buscar las cosas necesarias para su "Pijamada" y para saludar e informar a su madre sobre su estadía. Después de eso, con el mismo afán se dirigió a la casa vecina, y tocó la puerta siendo recibido por la mamá de Doyoon. Saludó a la señora, y luego entró a la casa para ir al cuarto de Doyoon, y pasar sin siquiera tocar la puerta.
–Parece que alguien está feliz hoy... –dijo SeungCheol mirándolo desde la cama.
–Lo estoy. –afirmó el moreno, lanzando la mochila con sus cosas a un lado. –Tengo algo que decirles.
–Yo igual. –dijo Doyoon mientras giraba en la silla de su escritorio.
–Usted primero Hyung.
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Qué esperar cuando no estás esperando ➳ JiCheol
FanficA Jihoon no le agrada SeungCheol y a SeungCheol no le agrada Jihoon (O eso parece). Sin duda, un milagro tendría que pasar para que Jihoon no quiera ahorcar a SeungCheol... O quizá no precisamente un milagro, ¡Sólo sus pequeños sobrinos! ...