Sorpresas extrañas

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Michael insistió en dejarme en casa, bueno, no pude negarme.

-Bien, gracias- Me despedí del chico de piel blanca

-Espera...- Miró hacia el suelo –¿Me dirás tu nombre? No puedo follar con una chica hermosa y no saber su nombre-

Reí –Pues ya lo has hecho- Lo miré a los ojos

Nuestro contacto visual duró aproximadamente dos minutos

-Debo irme- Dije saliendo del hermoso Ferrari 458

-Espera...-Tomó mi mano, lo miré -¿Cómo te llamas?-

Respiré hondo

-En nuestro próximo encuentro lo sabrás- Sonreí y me acerqué a sus labios y los besé a lo salvaje. Salí del coche y voltee a verlo

-Eres excelente en la cama Michael Jackson- Mordí mi labio inferior y miré su sonrisa pervertida

-Tú eres magnifica- Sonrió aún más recorriendo mi cuerpo

Caminé a la casa y escuché el motor del coche ponerse en marcha, el reloj marcaba las 3:00a.m.

La casa estaba en completo silencio, saqué mi bolso y busqué mi teléfono, ya saben, soy una chica que depende el cincuenta por ciento de su teléfono celular

-¿Qué es esto?- Me dije a mí misma, en mi bolso estaba el guante blanco de Michael, sí, el famoso guante brillante. Mierda, esto no puede ser cierto, saqué el guante y lo mire por todos lados, de todos los ángulos; yo no lo puse ahí, el único que estaba conmigo era Michael, así que ¿Él lo puso en mi bolso? ¿Qué pretende?, mi cabeza explotó en darme explicaciones. Entré a la casa y cerré, puse el seguro, caminé a la cocina, mis ojos pesaban muchísimo, tenía sueño, aunque, valió la pena.

Me dispuse a cenar algo, mi estómago pedía a gritos algo de comer, abrí el refrigerador y saqué jugo de naranja, hice un emparedado, cuando estaba dando el último bocado a mi sándwich, tuve la explicación más lógica del guante en mi bolso, casi muero ahogada.

-¡Claro!- Hablé con migo mismo, a veces suelo hablar yo sola, bebí un poco de mi jugo de naranja. Supuse que Michael había puesto el guante en mi bolso para tener un pretexto y vernos de nuevo. Bah, pero, necesito dejar algo claro, no pretendo meterme en una relación amorosa, esa es pura basura, desde aquel día que rompieron mi corazón en miles de pedazos juré ser una perra, sólo saciar mi necesidad, no jugar con los sentimientos de los hombres, no, siempre que tengo un encuentro sexual les dejo en claro que no quiero nada serio, pero, olvidé confesarle eso a Michael, ¿qué mierda estoy diciendo? Él tampoco quiere nada conmigo, sólo sexo, bueno, eso quiero creer. Mis ojos comenzaron a cerrarse, en ese momento no supe nada de mí.

¨

Desperté al sentir una mano en mi hombro, levanté la cabeza y mis ojos se abrieron lentamente

-¡_____!- Dijo Regina cerca de mi oído

-Joder- Tapé mi rostro –Cierra la boca- Dije un tanto seria

-Te vez horrible _____, ¿has dormido aquí? ¿A qué hora llegaste?- Me di cuenta que Regina tendría miles de preguntas y yo con éstos malditos ánimos que me cargo, cada vez que no duermo bien la "_____" con mal genio sale a flote. Me puse de pie y comencé a caminar a mi habitación

-Pruebas, querida- Regina comenzó a decir antes de que saliera de la cocina. La miré matándola con mi mirada. Abrí mi bolso y saqué el guante, con todas mis fuerzas lo lancé hacia donde estaba ella

-Hay la tienes- Dije con la pesadez aún en mis ojos, joder, sólo quiero dormir.

Cuando salí de la cocina escuché un grito, creo que Regina ya sabe de quién es el guante, reí para mis adentros

Más allá de los escenarios... Michael Jackson |Hot|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora