Carta 4.

212 32 7
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Val.

Hoy amanecí con algo oprimiendo mi pecho, eso que muchos le llaman dolor.

Llevo semanas así y solo espero el día en que pueda descansar sabiendo que estás bien, porque sinceramente, ya no sé siquiera qué creer. Tengo la esperanza de saber de ti, tener una señal de humor que me haga estar tranquila.

Sabes, sigo respetando tu lado de la cama, ese que noche a noche peleabas desocupara y la verdad es que no quiero que la figura de tu cuerpo ni tu aroma desaparezcan del colchón; sí, siempre lo peleaba solo para verte enojar y demostrarte que aun así seguías siendo hermosa.

Estuve escombrando nuestra recámara y encontré los cuadros que pintabas cada atardecer frente a la playa, ¿Por qué nunca me dijiste que cada fecha con la cual firmabas tenía significado? Poco a poco me di cuenta que cada atardecer plasmado en tus lienzos fueron tardes que pasamos juntas, momentos representativos en nuestra relación. Es de esos detalles que en algún momento me habrían dejado sin habla y causarían una mirada eterna hacía ti mientras pienso ¿Qué he hecho para merecer a una mujer tan especial como tú? Pero hoy no causó más que dolor, tristeza y una furia inmensa al pensar que todo eso ya no importa porque decidiste irte.

Todo esto me confunde y tambaleas a mi mundo por completo como desde un principio lo hiciste, amenazas con romper lo poco de cordura que queda en mí y eso me aterroriza más que el hecho de que no vuelvas porque significará el delirar el resto de mis días creyendo que no te has ido, cuando está más que claro que quizá no volverás.

Creo que si lo que querías era llegar al punto donde el simple recuerdo de tus caricias, de tus besos y del tiempo juntas me quemara una y otra vez... lamento decirte querida Val, por más que lo desee yo también no me es posible porque te amo más de lo que llegué a creer, uno de esos amores tan puros que no logran arrancarse tan rápido del corazón. No contigo.

No importa cuánto me lo proponga, lo que haga por sacarte del corazón, los miles de personas que plantee conocer porque tú eres única y especial, de las pocas mujeres que con tan solo conocerlas se hacen imposibles de olvidar, que te calan tan hondo que una mirada suya es un arma mortal. Y la dosis se repite con las caricias, los besos, las risas, los abrazos. De esas personas que con tan solo verlas una vez a los ojos algo dentro de ti dice «¡Cuidado, Peligro! Saldrás lastimada» y no importa dado que, al final, eliges que ella te lastime una y otra vez con tal de poder decir «La amé lo más que pude».

P.D. Pondría otra frase de esas que he puesto últimamente, pero esto comienza a ser cansado, agobiante sabiendo que pasará una semana más y no responderás.

Andreina.

Las alas que cupido perdió© | Concurso #UCAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora