Pasaron varias lunas, demasiadas estrellas y constelaciones; las noches no son lo mismo desde que sus cuerpos no duermen bajo el mismo lecho.
El café se enfría poco a poco, las flores se marchitan y se ha cansado de deshojar margaritas pensando si a...
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Holi.
Así te saludaba todas las mañanas. Esto ya no está siendo normal, extrañarte día y noche mientras recuerdo cada una de las cosas que hacíamos juntas... ¡No puedo ni quiero seguir así, Valerie! Al parecer no merezco explicación alguna de tu parte, no tengo por qué pedirte explicación, mas la necesito.
No puedo seguir viendo el mismo maldito álbum de fotos, leyendo las dedicatorias a las fotos que tomabas y mandabas imprimir, pidiendo al cielo el que me deje rendirme y saber que no volverás. Solo quiero un poquito del maldito mismo valor que tú tuviste para irte.
Todo sería más comprensible si existieran rastros de que esto iba en decadencia, de que en algún momento debía terminar y donde pudiera darme cuenta que el daño era irreparable como para seguir. El único daño aquí es el colateral, ese que nadie pedía, pero todos sufren porque te extrañan... igual que yo.
¿Cuántas veces preguntaste hasta dónde llevaríamos esto? Millones de veces te dije que cuando yo decía "te amo" era porque lo sentía y has sido la segunda persona a la que se lo he dicho, después de mi madre. Te entregué todo lo que tenía, mis entrañas mismas te pertenecían. Eras mi mundo perfecto, ¡joder! Contigo me veía muy a futuro, hacía planes por las noches mientras te miraba dormir a la luz de la luna, cada vez que imaginaba cientos de cosas que pasaríamos juntas. Lo sabías, Val, sabías lo mucho que estaba dejando por darlo todo contigo, lo que dejé atrás por una vida nueva junto a la persona que amo y no entiendo cómo es posible que no pudieras dejar un poco de todo lo que te ataba a "tu vida" esa de la que tantas veces te quejaste por no poder ser tú misma, aquella en la cual serías mal vista.
Tengo maletas hechas y no precisamente con ropa mía: cada maleta contiene cientos de cosas tuyas, esas que prefiero no seguir atesorando porque me lastima una y otra vez tan adentro como no imaginas y sé que si no te dejo ir por completo terminaré muriendo en vida.
P.D. Eras mi luz, el color en mi mundo, la razón del cantar de los pájaros... todo eso eras tú gracias al amor.
