9. Acción

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Es domingo por la mañana y me levanto entusiasmada, sólo porque hoy, de nuevo, veré a Adam.

-¿Cómo la has pasado cielo? -me pregunta mi mamá quien ya estaba en la cocina preparando el desayuno.

-Excelente, maravilloso, hermoso -contesto con una sonrisa de oreja a oreja.

-Me alegro mucho, cielo -me contesta con la misma sonrisa igual a la mía.

-Buenos días mujeres -dice papá bajando las escaleras -¿cómo están mis princesas? Aunque bueno, mi otra princesita aún está durmiendo -mi hermana menor.

-Bien papi -voy y le doy un beso.

-Uy, se nota -sonríe y toma su periódico mientras el desayuno termina de hacerse.

*

Escucho el claxon y voy rápidamente a la puerta para abrir y encontrarme con mi hombre esperándome afuera.

-Adiós chicos, los amo -les grito a mi familia -los veo más tarde.

-¡Qué te vaya bien, cielo! -me grita mamá desde la planta de arriba -¡Cuídense!

Salgo a la calle.

-Hola guapo -le saludo mientras el me abraza y me planta un beso apasionado, como si no nos hubiésemos visto en años.

-Hola, mujer, la más hermosa del mundo, ¿qué tal has amanecido?

-Pues, digamos que el hecho de que no lo haya hecho sobre tu pecho, como ayer, lo hace un poco aburrido.

-Procuraremos entonces que esos amaneceres sean más seguidos -sonríe pícaramente y ambos reímos.

Entramos y enciende el coche; vamos a su casa, porque como es de costumbre, ha olvidado algo. No hay nadie, se han ido a un día de campo familiar, aunque Adam no fue porque dice que irán todas sus tías y que no quiere que lo coman vivo aún con la noticia de que ya tiene novia.

Ya en su casa entro a su habitación y me recuesto en la cama y lo veo tan ocupado buscando lo que necesita que me da risa y empiezo a jugar con él. Me muevo por toda la cama, el voltea de reojo y sonríe mientras yo empiezo a jugar con mis manos, siguiendo todo mi cuerpo y una sonrisa pícara en la cara.

-Ven, liberemos tu tensión -le digo traviesa.

-Jaja no juegues con fuego, que te quemarás -me dice bromista.

-Es lo que más deseo, quemarme con tu fuego -lo digo y termino riéndome como loca al terminar la frase.

-Jaja eres increíble, ahora vuelvo, voy a la sala, creo que ya recuerdo dónde está -se va divertido y moviendo la cabeza a manera de negativa sin dejar de reírse.

Pero creo que de tanto decirle a manera de juego, me he convencido a mí misma y lo estoy deseando enserio. Así que pienso que mientras él está abajo en la sala yo aprovecharé para hacer mi parte para que él caiga.

Empiezo a desabrocharme el pantalón y la blusa, quedándome en ropa interior.

Y cuando escucho sus pasos empiezo a tocarme, y de repente lo escucho más cerca...

-Ya lo... -y se queda con la boca abierta con lo que ve.

Soy yo en ropa interior y un pezón al aire con mis manos sobre mi cuerpo... sí, tocándome para excitarle. Él deja caer lo que trae en la mano y pasa saliva. Me mira con los ojos muy abiertos y yo sigo en lo mío, mientras me muerdo el labio inferior.

Lo miro y voy por él, cierro la puerta y entonces lo tumbo en la cama bruscamente. Él no deja de mirarme sorprendido y empiezo a treparme a horcajadas sobre él cuando de repente él está sentado sobre la cama y yo encima de él y empiezo a besarlo, haciendo movimientos circulares sobre su miembro, frotando mi vagina contra su pene que pronto se está sintiendo crecer.

El reacciona y empieza a besarme desenfrenadamente, es entonces cuando él se para rápidamente y se desnuda, desabrocha mi brassiere y yo aún en tacones y con bragas me lleva hacia el peinador de su baño y me sienta, ya con su enorme pene erecto empieza a rosarlo en mi vagina haciéndome gemir despacio, pidiendo que me quite las bragas y lo introduzca ya, que no espere. Pero es tanta su excitación que ni siquiera me quita las bragas, sino que las hace a un lado al momento de abrir mis piernas bruscamente, me mira e introduce su pene duro y grueso en mi ya mojada vagina, eso se sintió genial que grité demasiado con un placer casi insoportable.

Él se excitó tanto que empezó a tomarme por la cintura y lamer mis pechos, mientras entraba y salía tan rápido que se hacía un sonido como cuándo vas corriendo descalza... sentía su miembro tan duro, grueso y delicioso que empezaba a gemir de una manera descontrolada, y al escucharlo a él con sus embestidas, yo movía más mis caderas rápidamente y sentía su pene crecer dentro de mí.

-¡Dame!... ¡Así!... !Todo!...¡Aaahhh! -le gritaba entre gemidos y respiraciones entrecortadas.

El me levantó y se fue a recostar en la cama, yo corrí tras de él y me subí encima, él tenía su pene tan erecto, que sólo fue cuestión de subirme en él para empezar a llegar a la cima, subiendo una y otra vez, demasiado rápido, masajeando mis pechos y gritando como una loca desenfrenada. Sentía mi respiración agitada y un cosquilleo, y de pronto terminé en la cama tumbada, con los espasmos de un maravilloso orgasmo, el terminó también y quedamos ambos tumbados en la cama.

Esta vez no buscamos ternura, esta vez buscamos placer puro.

EL MEJOR AMANTE DE MI VIDA.

Bueno chicos, este es un capítulo algo extremo jaja, pero ese es el punto, que la relación sea en todos sus sentidos placentera.

Esta vez no quisieron algo tierno, quisieron fogosidad y placer puro.

Espero les haya gustado el capítulo.

Gracias por leerme :) (emoji del changuito con las manos sobre los ojos)

:*

Obsesiones EnfermizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora