Hospital (parte 2)

25 0 0
                                    

A la mañana siguiente.

Cuarto de Alex.

Escuché que alguién abría la puerta, no quería levantarme, me sentia emocionalmente cansada, y de alguna manera eso se reflejaba en mi cuerpo.
Sentí la mirada de alguién, asi que levante mi cabeza a observar a la persona, me tranquilize un poco al ver a la enfermera de ayer.

- Buenos dias Alex, solo vine a avisarte que debes estar lista a las 8:00 a.m. - Y así, sin despedirse o dejar una sonrisa, se marchó cerrando la puerta de nuevo.

Se veía algo tensa, pero decidí no pensar en eso, tenía cosas más importantes por las cuales pensar.
Pero primero, observé el reloj.

- 7:28 a.m - Dije en voz alta - Bien Alex, hoy será tu primer día real en este hospital - Me dije a mi misma.

Caminé hacia el pequeño armario donde solo habia tres pares de cambios, dos de un color gris palido, uno era el de día, y el otro de noche, y al fondo habia otro, este era de color azul cielo, según la etiqueta que este llevaba, era para ocaciones donde venia visita exterior al plantel.

Ya que cerré la pequeña ventana de la puerta, me dispuse a cambiarme.
Ahí fue donde caí en la cuenta que la ropa interior que nos daban, parecía sólo un pedazo de tela, apenas cubriendo las zonas que debería.

Ya estaba cambiada, me había lavado los dientes y hecho una coleta en mi cabello.

Justamente a las 8:00, escuché de nuevo la puerta.
Ésta enfermera no la había visto, pero igual le di una pequeña sonrisa.

- Señorita Alex?, - Preguntó en un intento por sonreir - Está lista - Yo solo asentí.

- Acompañeme - Dijo haciendose a un lado de la puerta.

Ya que estaba fuera de mi dormitorio, la enfermera, según su placa se llamaba Mary, me guió por unos cuantos corredores con más habitaciones, por lo que pude darme cuenta, mi dormitorio estaba al final del corredor, osea que era la ultima habitacion del Ala Oeste.
Era imposible no notar la decadencia en la que se encontraban los corredores, y no deseaba ver el resto del plantel.

Al llegar a lo que se suponía ser la "cafeteria", la enfermera pasó una clase de tarjeta por un orificio de la puerta, y esta al instante se abrió dejandonos pasar.

Una clase de onda abrumadora se apodero de mis sentidos, haciendome sentir incomoda, y no era de extrañarse, pues varios enfermeros de casi dos metros de altura y uno de ancho bloqueaban las puertas, como si la seguridad de éstas no fuera demaciada yá.

- Bien señorita Alex - Dijo la enfermera, interrumpiendo mis pensamientos - Aquí es donde usted desayunará y comerá, la cena se le dará en su dormitorio -

- Bien -

- Los horarios están en su bolsillo derecho del pantalón - Pausó - Disfrute su estadía - Terminó, diciendo esto último con una ausencia notable de gestos en el rostro.

Este lugar me parecía un poco tétrico, pero el temor no hacía desaparecer mi apetito, asi que me dispuse a ir por una bandeja con comida yá servída.

Había unos cuantos pacientes sentados alrededor de las mesas, no deseaba interactuar con mas personas, asi que me senté en la última mesa de la "cafetería".
La comida de la bandeja se veía mal, y al quitar el plastico se veía incluso peor, de igual manera, yo tenia hambre, necesitaba comer algo así que empece a probar pequeños bocados.
Como supuse, el sabor era horrible.

- No lo hagas -

Al escuchar eso, levanté mi cabeza, me sorprendí un poco al ver a un paciente sentado en la mesa donde yo estaba.
No podía verle el rostro, estaba mirando hacia abajo con todo su cabello cayendo al rededor de su rostro.

LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora