Y ahora, barquito de papel.
Deja que me hunda yo primero.Sumérgete después.
Que prefiero esperarte mil años, a verte desaparecer en las aguas que lloré una vez.
¿Qué quieres, idiota?
Te amo.Pero esas dos palabras no existen, a menos que les agregue tilde.
Un té para mi.
Y el pasado de un verbo insulso para ti.Ya me hundí.
Té estaré esperando.
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Ser, o intentarlo.
Short StoryUn poco más solitario que el lobo de Caperucita, al que mataron sin hacer preguntas.