Te extraño, barquito de papel.
Pero me hundí hace tiempo.
Y siento que me empujan.
Y me empujo.
Más abajo.
Estoy cansada de caer.
Quiero tocar el fondo,
Y acurrucarme en él.
Y, tal vez, encontrarme a mí misma ahí abajo.
Decirme que todo va a estar bien.
Que ya no hay más caídas.
Ya no más sorpresas.
Y que está bien.
Que estoy bien.
Estaremos bien.
Porque por fin estaremos juntas.
Me esforzaré al máximo por gustarme, aún cuando siempre escucho cosas malas de mí.
Pero mientras tanto seguiré cayendo.
Húndeme, barquito.
Empújame con todas tus fuerzas.
Estoy cerca.
ESTÁS LEYENDO
Ser, o intentarlo.
ContoUn poco más solitario que el lobo de Caperucita, al que mataron sin hacer preguntas.