Notes to Alex

cap. 00 {before start}

" 'Cause the hardest part of this, is leaving you." Cancer.- my chemical romance.

cap. 00: antes de volver.

Alex apareció en una habitación luminosa, cansado, con la boca amarga y sin Jack.

—¿Jack?...—soltó removiendose en la cama, o por lo menos, el creía que habia emitido algun movimiento o sonido.
—¿Mejorará?—la voz de aquella mujer, la mujer que comenzo a odiar desde sus cartorse años reboto por toda su mente.

Y cayó en la cuenta de que, se veia a el mismo en una camilla, y veia a su madre. No se parecian a excepción de los ojos y color de cabello, él tenia su brazo vendado y mascara de oxigeno, se veia tranquilo, como nunca.

Vio pasar al chico que le habia desordenado la cabeza por el pasillo, de inmediato salió en su busqueda.

—¡Jack!—vuelve a gritar hacia el chico del mechon rubio. Jack se giró con una sonrisa doblando en el pasillo continuo.
—¿Qué ocurre?

Alex se quedo plasmado mirando la escena que tenia frente a el.
Un chico pálido, mechón rubio y con algunas maquinas que le ayudaban a respirar yacia sobre una cama incomoda en una habitacion horrorosa. Jack tomó su mano y sonrio agachando la cabeza.

—Me dijeron que te encontraría donde menos me lo esperaba... te encontré en el hospital.— Balanceó sus manos tranquilamente, casi como si fuera normal observarse a el mismo.
—¿Cuánto....? ¿Cuánto llevas aquí?.
—Seis años. Quién diría que caerse de un árbol te dejaría así.— responde con tranquilidad observando a la señora junto a la camilla, su madre, su compañera, la única persona capaz de seguir luchando por algo que ya no vale la pena.
—Esto no tiene sentido... ¡Estaba bien hace un momento! ¿Qué pasa, Jack?.

Los ojos de Alex se llenaron de lágrimas, no entendía ni la mas mínima cosa de lo que ocurría a su alrededor. Ambos en coma, ambos hablando, vidas distintas, sentimientos distintos y sin embargo, sin embargo eran totalmente iguales; aunque Alex no lo notara.

—Hey.— Jack le da un codazo en forma de aliento —Está bien, tú estás bien y yo también... bueno, eso creo. - Se ríe ante su situación, Alex lo observa y luego aprieta más su mano.
—Creo que debo de llevarte a tu cuarto.

Lo lleva nuevamente a su habitación de hospital, aquella mujer sigue ahí junto a la cama, al igual que la madre de Jack. Este último ladea la cabeza ante la poca expresión de la mujer.

—Cuando tenia ocho, conocí un chico llamado Alex... Nos volvimos mejores amigos, pero su familia se mudó a Baltimore a los tres años. Nos prometimos, como buenos amigos, volver a encontrarnos donde fuera. Jack sonríe mirando hacia la camilla donde su querido castaño dormia pacífico—y mira, nos encontramos.
—¿Hemos creado una vida alterna?. Jack asiente ante las dudas de Alex.
—Cuando llegué, me aburría bastante vagando por los pasillos de este lugar. Un día la tranquilidad se derrumbó, te vi entrar en aquella camilla, con sangre en tus brazos y otras cosas que no podría explicar como me hicieron sentir...— ambos se encontraban de la mano, Alex quería llorar, no entendía que hacia en esa camilla y Jack se lo estaba contando con tanta calma que realmente no podía creer que esto fuera real.
—Invente un mundo para mi solo y decidí ayudarte a que tuvieras uno donde estuviéramos juntos de nuevo, como los mejores amigos que eramos, claro, no creo que ahora seamos sólo amigos.—Sueltan una risa leve, la madre de Alex se gira extrañada pero nuevamente, vuelve a su celular.
—Debes de despertar, Alex.
—¿Y tú?—Jack niega.
—Yo voy a estar bien, había despertado hace unas semanas pero me desmayé nuevamente ¿sabes?... volví por ti.

La presión se hizo insoportable, Alex cayó sentado al suelo gruñendo por aquellos dolores de cabeza que sintió el dia que conoció a Jack. Este se sentó a su lado acariciandole la espalda, intentando calmarlo de alguna forma.

—Tienes que irte, Alex.—Le susurra el chico rodeándolo con su brazo.
—¡No!, no te voy a dejar solo...— las lágrimas volvieron a caer, pero a Jack no le importó, amaba a Alex, pero tenía que hacerlo volver.
—Si no despiertas te desconectarán... ¿Quién quedaría solo entonces?"

Alex negó repetidas veces acabando con la gran paciencia de su amigo, la cabeza le dolía un montón y los pulmones parecían no funcionarle, la máquina junto a su cuerpo, comenzó a hacer ruidos y pudo notar su mano moverse un poco.

Era tiempo de volver.

—Jack, por favor... No me dejes ir.
—Nos volveremos a encontrar, te lo prometo. Sólo sigue las notas amarillas.

Tomo la cara del pálido chico y lo besó sin esperar alguna respuesta, Alex jamas pensó que Jack haría tal cosa, pero no le puso resistencia, simplemente, lo dejó... Por que quería.

—Te amo, Jack.
—Yo también, Alex.

Me gustaría narrar esta historia que encontré escrita en papeles diferentes hace unos años en una casa de veraneo, la firma era Ayes Gaskarth. Me llamó mucho la atención, así que decidí contarla con el mismo entusiasmo que un chico de trece años escribió en aquellas hojas el drama de su padre, al volver a encontrar al chico del cual se había enamorado en su extraña e irracional adolescencia.