cap 05

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Hey sweetie, well I need you here tonight. -If it means a lot to you.

Cap 05: No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

Entró a casa y fue a ver a Ayes, se había dormido a un lado de la guitarra, sonrió, quitó la guitarra evitando que esta sonara y la dejo en su estuche. Le dio un beso en la frente a Ayes y lo cubrió con la manta de siempre, cerro la puerta aliviado de que su hijo estuviera en casa.
Ese pequeño gesto de preocupación que él tenia hacia su hijo nunca lo tuvo de sus padres, frunció el ceño nuevamente, no tenía que pensar en esa mierda, ya tenía suficiente con toda la mierda de hoy.

Lisa se encontraba en la sala.

Pudiste haber avisado que ibas por Ayes, ¿No crees? —No se miran desde hace meses, simplemente sueltan palabras con coherencia entre los dos. — me asusté.
Eres su padre, deberías de saber donde está.—responde con desinterés, Alex la mira por el espejo del vestíbulo, sigue leyendo la revista.
Siempre sé donde se encuentra, Lisa. El problema aquí no es eso.
—¿Soy yo?—pregunta con ironía bajando la revista. Alex se gira dejando las llaves sobre la mesa.
—Somos nosotros.—corrige Alex.
Ya no hay un nosotros, Alex.—sonríe tranquila, como si esperara ese momento. Ayes no lo esperaba, pero fue una buena decisión, tal vez.
¿Cómo se nos escapó tanto de las manos? estaba todo tan bien...—Lisa se le acerca, no se le ve enojada, para nada, en realidad; ambos estaban mucho más tranquilos y menos tensos que la mayoría de los días.
Nada es para siempre, a veces, hasta el amor se acaba, Alex.—Ambos hacen una mueca. El chico mira hacía las escaleras en dirección a la habitación de su hijo— Él lo tiene más claro que nosotros, estará bien.

Puso su mano sobre el hombro de Alex para darle apoyo, en cambio, él la abrazó y se largo a llorar. No quería que su hijo pasara -de alguna u otra forma- lo que él paso y sintió en la adolescencia, claramente no se marcharia como lo hizo su madre y volveria cuando estuviera a punto de morir. Se prometió ser un padre presente desde que el pequeño nació, no lo iba a dejar... Pero también prometió estar con Lisa para siempre, apoyarla en todo lo que se le ocurriera y eso le molestaba, no poder cumplir una promesa le molestaba.

Tal vez fueron víctima del amor apasionado, que muere y se transforma en una relación extraña, en la cual se apoyan y ríen juntos, pero donde ya no hay amor, solo costumbre. Y odiaba de todas formas eso, porque estaba perdiendo una parte de él, algo que se prometió no perder jamás, le dieron ganas de reír, la vida te da golpes bastante fuertes en la entrepierna.

—Tienes que saber que voy a estar para los dos...
—Eso lo sé desde que te conocí.—sonríe— No hay rencores, Alex... Es mejor terminarlo de buena manera sabiendo que la culpa fue mutua.

Subió las escaleras y Alex fue por su maleta, no quería quedarse allí esa noche, volvería a explicarle todo a Ayes al otro día. Lisa le ayudo con la ropa, era (es) un poco despistado, si hubiera sido por él, la maleta hubiera tenido solamente camisetas y un pantalón negro. No se llevó más porque en el departamento tenía ropa, subió al auto y se fue, creyó que era lo mejor, y todos lo creen así. Incluso su hijo.
Ya en el departamento no supo que hacer, tal vez llamar a Rian era la mejor opción porque era la única opción que tenía, era su mejor amigo y aunque este lo insultara de todas las formas posibles lo hacía porque lo quería, y tenía que saber que Alex estaba completamente bien, o eso pareciera.
El nombre de Rian apareció en la pantalla del teléfono por arte de magia, Alex contesto.

—¿Estás despierto? Claro que estas despierto, no me hubieras contestado, eres un idiota Rian.—se responde solo
—¿Qué pasa?—pregunta entre risas.
—La cosa es que me acaba de llamar una chica de algun bar en Maryland diciéndome que mi hermano se encontraba allí »un poco« ebrio.
—Pero tú no tienes hermanos, Ri.
—¡Exacto!—dice— El que está en ese bar es Jack, y el idiota me tiene como su hermano en sus contactos.

»Si me disculpas, voy a beberme unas botellas de Vodka. ¿Por qué? ¡Porque tengo que sacarte de mi cabeza!.«

—Es mi culpa.—susurra—¿Sabes el nombre del bar?
—El de la calle Broadway.

Le agradeció a su amigo y se fue en busca del otro. Caminó porque no dejaría el auto de Jack en ese lugar, si es que se encontraban ambos en el mismo sitio. Se puso su capucha por precaución y corrió algunas cuadras para hacer desaparecer los nervios que tenía, pero en realidad, los nervios crecían cada vez que se acercaba mas al bar.

Esto sería algo complicado.

Notes to AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora