ALEMANIA

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BACKSTAGE, Sala del concierto.

12:58 pm.


¿Dónde está mi vaso? Joder, qué bien he hecho las últimas canciones del set, ojalá hubiera empezado cantando así de bien. ¡Ah, está aquí! Qué buena esta puta cerveza alemana, joder. Espero que Noel no se ponga pesadito con que he empezado muy nervioso. ¡Coño! No puedo evitarlo. Salgo ahí y veo a toda esa gente y al principio es como que no me atrevo. Luego ya del tirón, pero... pero... pero, ¿quién es esa tía? Joder qué buena está.

—Hola, princesa. ¿Quieres una foto?

Asiente. Joder, está de los nervios.

—¿Tu amiga también quiere?

Asienten todo el rato. Hora de posar. Una vez, otra vez por si acaso. Bueno, ya, que me canso. Les doy un beso en la cara a cada una, seguro que no se esperaban eso. Ahora se irán a casa y dormirán contentas.

Quiero algo que me coloque un poco. Voy a preguntarle a alguien. Bueno, voy a preguntar a quién sé de sobra que conseguirá. Estoy tan venido arriba. Soy el puto mejor cantante del mundo. Mi banda es la puta mejor banda del mundo. Noel debe de pensar que estoy loco porque me rio solo, pero me la suda, le he hecho un corte de mangas y me ha sacado la lengua. Es un poco marica y llorón pero me cae bien. A veces.

¡Oh, sí! Cocaína... ¡viva! Estoy loco por esta mierda. El efecto que me causa es casi inmediato, aunque creo que ya engancho un pedo con el anterior y por eso estoy como hiperactivo todo el rato. Joder, qué de gente se ha colado aquí. ¿No nos podemos ir ya a un puto sitio de fiesta? O al puto hotel, me da igual, pero este backstage se está llenando de peña.

—¿Estás cansado, Bonehead, tío?

—Qué va... —miente.

—¿Y tú, Guigsy?

—¿Estás de coña? ¡No! ¡Qué empiece la fiesta!

Le beso en los morros, es que es el puto amo. Sonrió a Bonehead y también le beso. Le adoro, es el mejor amigo del mundo mundial.

Noel está con las chicas de las fotos. Voy a joderle el plan. Es un cascarrabias, seguro que se enfada.

—¿Qué tal, chicas? —me miran. Vuelven a sonreír todo el rato—. ¿Os gusta este tío? Os lo presento. Está soltero.

—Basta, Liam... —dice Noel. Ya se está picando.

—Es un poco feo, pero es cariñoso, ¿veis?

Le beso en la frente mientras le abrazo y no se aparta, sólo se ríe. Así no tenía que ser, tenía que picarse, pero bueno, no pasa nada. Nos reímos los cuatro. Creo que Noel quiere ligar con alguna, voy a ayudarle.

—Él es el que escribió la canción de Wonderwall. —Lo digo en plan: «uh, notición salvaje».

—¿En serio? —dice una. Está siguiéndome la broma—. Yo pensé que había escrito todas las canciones.

Touché. La miro serio pero se me escapa la risa. Noel infla pecho y se hace el interesante. No le soporto. Bebo un trago de la birra y aprovecho y miro a la que más buena está de arriba abajo. Lo hago de forma descarada porque me da igual que me vea. Es más, lo hago aposta. Se ríe, creo que está menos de los nervios que antes. Sonrío.

—¿Entonces quién de las dos quiere montárselo con mi hermano? —pregunto—. Es buen chaval, estamos deseando casarle.

Se ríen. Noel pone cara de que sí que está deseándolo. No sé por qué me está siguiendo el juego en vez de enfadarse. Debe de haberle gustado una mucho. O va colocado. Le cojo la cara por la mandíbula y le miro a los ojos. Ni siquiera sé saber si va colocado porque yo sí. Arruga el gesto entero y está muy feo, así que le suelto. Me encojo de hombros y pongo esa cara de que todo me da igual que en muchas ocasiones le cabrea.

Las miro, les digo que si quieren tema, pueden venir a nuestro hotel. Ahora sí que Noel me empuja para que me vaya. Se despide de ellas y viene con gesto ufano a decirme que no le diga a la gente cuál es nuestro hotel. Y le he dicho que no son gente, que son dos pibas que están buenas. Y me dice que sí, pero que no lo diga tan a la ligera. Yo las miro, que están como dando saltitos hablando la una con la otra, seguramente pensando en lo mojadas que tienen las bragas de haber hablado con nosotros, y no parecen asesinas en serie, ni de la CIA, ni nada de eso. Pero bueno. Le digo a Noel que si quiere una raya. Amigos para siempre otra vez.

Oh, my Brotherly LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora