MILÁN

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Rai 1

12:20 am.

Me inquieta no entender una palabra de lo que oigo. Cuando me dijeron que Milán era una ciudad cosmopolita pensé que todo el mundo hablaba inglés, pero no, aquí toda la peña habla italiano. Y cuando hablan en inglés lo hacen con esa musiquita empalagosa que me impide enterarme de algo, no porque no entienda, sino porque me quedo pillado buscándole compás. A veces me da la risa, sobre todo cuando me repiten desesperados por hacerse entender. Hay dos cosas que me han quedado claras: cerveza se dice «birra» y «ciao» sirve para decir hola y hasta luego, ¿sabes lo que te quiero decir?

Ciao, baby― le digo a Giovanna. Es la intérprete que nos acompaña desde que llegamos. Está buena. Tiene ese aire bohemio que tienen la mayoría de las italianas. Ojos claros, nariz afilada y pelo negro azabache. No es que yo sea muy de estereotipos, pero la ves y dices: italiana.

―¿Estás a gusto, Liam? ¿Necesitas algo?

―Bueno... ahora que lo dices... ―sonrío. Sonrío de esa manera, esa que las vuelve locas. Ella me devuelve la sonrisa y me siento tan de puta madre que me lanzo como un cabronazo sin escrúpulos―. ¿Qué haces esta noche?

―¿Estás intentando ligar conmigo?

Me he quedado escuchando la música con la que pronuncia cada silaba, terminando con vocales cada palabra, como si faltasen letras para hablar. Sonrío mientras cobra sentido en mi cabeza lo que ha dicho.

―Sí ―contesto dejándola descolocada. Me encojo de hombros con falsa inocencia, pero me sale tan bien que parezco un chico adolescente. Bueno nunca he dejado de serlo todavía.

No sabe qué decir. La verdad, no me sorprende demasiado. Sonrío de forma sincera y ella inspira un momento. Sé que le gusto, tengo que gustarle, si no me habría dado una fea contestación o habría hecho como que no me entiende. O mejor aún, me habría dado un guantazo. Es demasiado educada para hacerlo. Además le pagan por aguantarme. Por aguantarme y por hacerme sentir bien. Es como una meretriz de los oídos, sólo dice aquello que queremos escuchar. Por ejemplo, si le digo:

―¿Crees que soy la persona más guapa que has visto en tu vida? Lo soy, ¿verdad?

Ella sólo me dirá que sí. Le pagan por decirlo.

―Bueno, no estás mal, pero hay una joven más guapa que tú. Su nombre es Blancanieves...

Sonrío. Suelto una carcajada. Esa respuesta es mucho mejor que nada. Esa respuesta confirma que de verdad le gusto. Y ella me gusta a mí.

―Giovanna, Giovannina mágica... ―le digo con mi inocencia―. ¿Acaso esta noche preferirás estar con Blancanieves que pasar la noche con Liam Gallagher?

Ella sonríe arqueando las cejas. Ni sí, ni no. Más sí que no, seguro.

―Cara, senti, i ragazzi devono fare l'intervista. State pronti? ―le dice otra mujer con cascos en los oídos. Giovanna asiente y me mira. Yo asiento por asentir, porque no tengo ni la más remota idea de qué ha dicho esta mujer.

Giovanna se acerca a los demás y les hace reunirse con la mujer de los auriculares, que me está mirando como si viera demasiada gente como yo. Como si no le gustase su trabajo de regidora, o lo que coño sea que hace en el programa este de la tele.

Otra piba viene corriendo con una toallita y me la pasa por la cara. Sí, no vaya a sudar con los putos focos o algo, ponme bien guapo, nena, luego tengo que fardar con mis colegas de Manchester de que he salido por la tele. Una vez más.

Noel es el primero en entrar al plató, cómo le gusta hacerse el interesante, joder. Le siguen Bonehead, Guigsy y Alan. Yo tengo que entrar el último y me jode la hostia. Bueno, me jodería si no fuera porque la última es Gio. Le sonrío otra vez y ella levanta el pulgar para darme ánimo. Deduzco que me está diciendo que todo va a ir bien. No me hace falta, ya lo sé.

No entro al plató, espero que ella se acerque, para hacerme el caballero y dejar que ella pase primero. Me mira unos segundos y, después de una risita, accede y va a pasar. Va a pasar, pero le doy un tirón a su mano. Esta noche vas a querer más besos como este, nena. Sí... que no te apartes me deja claro que sí, que querrás repetir. Me separo despacito y veo cómo abre los ojos. Sonreímos y luego entro al plató como si nada. Italia, aquí está Liam Gallagher. Adoradme, capullos.

Oh, my Brotherly LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora