El sonido de un teléfono desperto a Katherine, estaba rodeada por los fuertes brazos de Daniel, con su camiseta y durmiendo en su cama. Rápidamente alargo el brazo a la mesilla para cogerlo.
-¿Si? –No había mirado la pantalla
-Kath ¿Dónde estas? –Alan hablaba al otro lado –Tengo que entrar a trabajar en una hora ¿puedes venir por Esther?
-Si, claro En diez minutos estoy allí –Colgó la llamada y salio de la cama de un salto despertando a Daniel –Mierda
-¿Qué pasa? –El se incorporo en la cama despacio, observándola con el ceño fruncido
-Alan tiene turno –comenzó a vestirse sin siquiera recordar que el la estaba mirando –Tengo que quedarme con Esther
-Tráela –Daniel la miraba sonriente
-¿Cómo? –Katherine se quedo paralizada mirándole, con su camiseta entre las manos
-¿No iras a dejar solo al enfermo? –Daniel sonreía divertido –Trae a Esther a mi casa
-Yo –se puso nerviosa ¿llevar a su sobrina allí? ¿Por qué? Suspiro, ¿Por qué ese hombre tenia la capacidad de hacerla dejar de pensar? –Esta bien
-Llévate la llave que te dio Edward –El se acomodo de nuevo en la cama
Hora y media mas tarde Katherine entraba al apartamento con su sobrina tomada de la mano. Daniel estaba sentado en el sofá, vestido con unos vaqueros y una camiseta azul oscura, sonrió al verla entrar.
-Hola Esther –miro a la niña guiñándole un ojo
-Jefe gruñón –Esther sonrió
-Si, ese soy yo –Daniel echo un vistazo a Katherine y comenzó a reír
-Su nombre es Daniel, cielo –Katherine le dio un beso en la frente y la guió hasta el sofá para que se sentara, miro a Daniel -¿As desayunado? ¿y te has tomado las medicinas?
-Si –el rodó los ojos -¿Siempre eres tan mandona?
-Con los niños es necesario –Ella le miro divertida
-¿Me estas llamando niño? –Daniel la observo sorprendido
-Esther cielo, te voy a sacar un cuaderno para que pintes –Katherine ignoro a su jefe y comenzó a sacar las cosas de la mochila de la pequeña, lo dejo todo en la alfombra donde la niña comenzó a jugar Miro a Daniel y sonrió –Y nosotros a trabajar
-¿Eso no tendría que decirlo yo? –Daniel se acomodo despacio en el sofá y tomo unos informes
-¿Qué le voy ha hacer si tengo un jefe vago? –con una sonrisa se sentó frente a la mesita y cogio unos cuantos papeles
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La Secretaria
Romance¿Por qué no? Liberarse, divertirse, solo una vez, una noche ¿Qué podía pasar? Constantemente su amiga Emilie insistía en ello y al final se decidió, ella Katherine Wolfth actuando sin pensar en las consecuencias. Pero solo seria una noche, después d...