La Secretaria

Capitulo 8; Protección

-¿A Acapulco? –Alan no daba crédito a lo que estaba oyendo -¿Y tienes que ir tu?

-Si –Katherine rodó los ojos –Soy su secretaria y tenemos dos campañas en marcha, una para el turismo de allí y otra para uno de sus hoteles.

-Esta bien –el suspiro –No te preocupes, nos las arreglaremos sin ti ¿Cuándo te marchas?

-El miércoles –sin saber porque sonrió, tenia ganas de ir.

-Vas a llegar tarde –Alan hecho un ultimo vistazo a su reloj.

-Mierda –Katherine se levanto rápidamente de la mesa tomo su chaqueta y su bolso y salio del apartamento.

Tardo unos quince minutos en llegar y conseguir aparcar, salio a prisa de su auto y se dejo la chaqueta en el interior.  Como de costumbre saludo al portero y entro al ascensor.

-Buenos días –Marck entro tras ella con una amplia sonrisa –Estas muy guapa

-Gracias –Katherine frunció el ceño ¿guapa? Iba como siempre, un pantalón beige la camisa blanca y su chaqueta ¿su chaqueta? Se había olvidado la chaqueta y es blusa no era precisamente tupida.  Genial, trataba de venir a la oficina lo mas tapada posible, ignoraba sus faldas y ahora esto.

-¿Estas bien? –Marck la observaba atento

-Si, es que pensé que llegaba tarde –Suspiro, era cierto, aunque mas bien estaba nerviosa.   Se había marchado el viernes de la fiesta sin despedirse ¿estaría molesto Daniel?

-Tranquila, si el jefe te hecha la bronca tu avísame, que yo te defiendo –Le guiño un ojo y Katherine tuvo que reír ante sus palabras. Justo en ese momento la puerta del ascensor se abrió y la casualidad quiso que fuera Daniel quien estaba pasando frente a ellos, se paro y les observó con el ceño fruncido.

-Hola Daniel –Marck asintió con la cabeza y se dirigió a su mesa

-Buenos días –Katherine salio del ascensor y camino hacia su mesa

-Te fuiste de la fiesta sin avisar –Daniel caminaba a su lado aun con el ceño fruncido ¿de que se estaba riendo en el ascensor?

-Me surgió algo –Katherine se paro junto a su mesa y dejo su bolso –Pide disculpas a tu familia de mi parte

-Bien –Daniel se marcho a su despacho molesto. Estaba claro que ella no iba a decirle porque se fue Y maldita sea, el quería saberlo.

-Buenos días Katherine –Edward le sonrió ampliamente -¿Esta mi hermano en su despacho?

-Si –ella asintió y se sentó a su lugar observando como el entraba

Paso algo mas de media hora desde que Edward había entrado, Katherine estaba concentrada en su trabajo y se sobresalto al oír la voz de el por el interfono.