CAPITULO FINAL: CORAZONES ROTOS PARTE IV

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Han pasado tan solo cinco horas desde que la fiesta de graduación entró en auge. Las horas han transcurrido lentamente que me parecen una eternidad. Ana aún en mis brazos no pretende dejar la pista de baile, es la octava vez que la saco a bailar. Cuando lo que más deseo es salir cuanto antes de este lugar y estar solos. 

- Es casi medianoche cenicienta no tiene problemas en quedarse más tiempo de lo debido.

Levanta la mirada y me sonríe divertida entre mis brazos, mientras se escabulle en mi cuello. 

- Cenicienta se irá con el príncipe esta noche no lo recuerdas. Su mirada es lujuriosa y provocadora. 

- Además el príncipe conoce a cenicienta debajo de toda esta ropa. No veo el problema de huir.

- No recuerdo que en el cuento el príncipe haya visto a cenicienta desnuda. Es una nueva versión de la historia.

- Es nuestra versión de la historia. Me lo dice mientras se muerde el labio y acaricia los míos. 

- Creo que es hora de irnos. No pretendo comenzar algo por anticipado, lo quiero todo premeditado. Mi mirada está llena de un deseo desmedido, caliente y lujurioso.

- Que está elucubrando tu mente pervertida. Me gusta cuando tus ojos brillan y se que algo malo y delicioso me ocurrirá.

- Nada que tu no quieras nena, nada que tu no quieras.

- Solo quiero lo que mi chico quiera de mi.

- Lo quiero todo nena, todo de ti.

- Tu sacas de mi un lado pervertido que no conocía, eres una hacedor de mujeres lujuriosas. 

- Sabes que estoy cometiendo un delito contigo y me voy a ir derechito al mismísimo infierno de cuatro paredes. Pero correré el riesgo porque al hacerte el amor estoy en el mismo cielo, en mi propio paraíso.

- El cielo es lo que tu me haces cuando tomas lo mejor de mi y lo conviertes en algo extraordinario que me vuelve loca deseando mas.

- Quiero volverte loca de deseo desenfrenado toda la noche.

Ambos jadeamos y sonreímos por nuestros deseos que necesitan ser saciados cuanto antes.  Tras unas vueltas mas en la pista damos por finalizado el baile para nosotros, en rumbando a nuestra mesa mientras la giro con rapidez para contemplarla con el vestido de mi madre. 

- Sabes, me encanta como te queda el vestido de mi madre. Eres la primera y la única que puede lucirlo. 

- Si me enamore de el cuando lo vi. Prometo devolvértelo tal cual como me lo entregaste.

- No nena es un regalo, no tienes que devolvérmelo. 

- No Christian, no creo merecer tal regalo.

- Te lo mereces, la ropa de mi madre esperaba por ti. En ti puedo recordarla igual de hermosa, era un bello ángel como tu.

- Déjame pensarlo.

- No hay nada que pensar es tuyo.

- Aun no me has contado sobre ella y sobre lo de aquel día.

Maldita sea era obvio que saldría a flote en cualquier momento, siempre curiosa.

- Ana nena no arruines esta noche. Tu noche con recuerdos tristes.

Espero que me entienda y se plante de una vez sobre el tema.

- Esta bien en otro momento tendremos que hablar.

- Ok nena tu ganas en otro momento, pero no ahora.

La tomó de la mano y nos dirigimos de regreso a la mesa donde están los demás.

DESDE QUE TE VI TE AME (ESTA EDITÁNDOSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora