14 de septiembre del 2014
KATHLEEN
Me estoy abrochando la campera, cuando recibo el mensaje de Brittany, avisándome, que está afuera, esperándome. Aliviada, guardo todo lo que es mío dentro de la mochila negra del trabajo y me la cuelgo sobre el hombro, aunque me quedo haciendo un recuento mental, de lo que traje y acabo de guardar recién.
En ese preciso instante, Rosie entra al pequeño pasillo, que es nuestro vestidor, riéndose a carcajadas.
Detrás de ella, viene el gerente de la cafetería, acompañándola entre risas y bromas.
—Escúchate esto —me comenta Rosie, una chica con una personalidad bastante alocada para alguien tan introvertida como lo soy yo.
—Tienes que escucharlo —insiste el gerente.
Comportándose como un amigo, más que el tipo tirano que soporté durante todo el turno largo que había tomado hoy.
—Vale.
—Estaba limpiando el filtro de la cafetera, y entra una mujer embutida en un pequeñísimo traje carísimo y los zapatos de tacón más alto que te puedas imaginar, se acerca al mostrador y dice: "Un café Mechetto" con una voz, toda sofisticada y estirada, pero dentro de su fingida sofisticación —Dice ella, y Nathaniel estalla en carcajadas—. No sabía ni pronunciarlo.
Me los quedo viendo, sin comprender cuál es la gracia de lo que dijo la mujer refinada. Elevo mis cejas, con disimulo, pero demostrando que no entendí cuál era la parte en la que debería estar riéndome, y revolcándome por el piso de la risa.
—Ella quería un Mocckachinno, y creía que se llamaba "Mechetto" —explica él.
—Ah —digo quedadamente—. Me voy ya, ¿Necesitas algo más?
—No, por hoy no —comenta él, posando su mirada en una de mis piernas, sigo el destino de su mirada, a la rajadura del jean donde se alcanza a ver parte de mi piel blanca—. ¿Te llevo?
—No, una amiga vino a por mí.
Asiente quedadamente, y él no lo ve, pero yo sí, alcanzo a ver la forma en que Rosie levanta sin disimulo la cabeza del nudo de su mandril y la clava en ambos, viéndonos sospechosamente.
—Nos vemos —digo para ambos, antes de pasar por entre medio de los dos, y al hacerlo, no sé si son mis ideas o solo está pasando, que Nathaniel roza su dedo por el borde de mi jean y mi cadera, pero empiezo a dudar de si son ideas mías o simplemente, está pasando.
Trato de quitarme esa idea de la cabeza, cuando veo el coche rojo de mi amiga en marcha, me subo en el asiento del acompañante, y veo que está luchando con la vieja radio, que no funciona para nada bien.
—Deberías llevarla a arreglar —sugiero, al ver que le da golpes con la palma de su mano.
—Tan solo serán unos días más, hasta que papa venga de california y me lleve a cambiar el auto.
Su padre, desde el divorcio con Sonia, había ido a vivir a la casa de sus padres, osea los abuelos de mi amiga. Trabajaba como psiquiatra particular, desde aquel gran cambio en su vida, y hasta donde sabía yo, amaba con locura a su hija, hasta el punto, en que presentía que al estar lejos por cientos de kilómetros de distancia, y ver con suerte una vez al mes a su hija, le ponía en desventaja ante una madre, que lamentablemente creía que perdía también a su hija, lo cual parecía irónico, porque su padre creía que su madre robaría el amor de su hija, y su madre... quizás iba por el mismo camino en sus suposiciones; pero, el hecho pasaba porque, ese padre que le amaba con locura, vivía mal gastando dinero en una chica, que volvía convirtiéndose en alguien cada vez con más caprichos.
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Amor Poder Y Obsesión: Nivel I
RomantikCONTROL. El mundo entero se basa sobre el control de la vida de las personas, pero mi vida se basa en controlar cada aspecto de mi vida. No hay cosa que no quiera tener controlada, por eso mismo no soy un adolescente normal, porque los adolesce...