cap 8

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Remus suspiro tratando de pensar cómo arreglar ese malentendido, aunque igual le sorprendía y enternecía que Regulus se hubiera fijado tanto en él como para notar el extremo cariño que tenía por Sirius.

Por un largo tiempo confundió ese sentimiento con algo romántico, pero con el pasar del tiempo se dio cuenta que no sentía deseo por Sirius, de hecho cuando lo considero se sintió algo enfermo, era como querer meterse en los pantalones un hermano.

Descarto la posibilidad de un romance con su amigo, pero su bestia interna parecía no estar de acuerdo con él, y ahora entendía porque ... Sirius compartía rasgos mágicos con Regulus, imagino que eso había confundido a la bestia.

Pero el momento en el que sus ojos se encontraron, el lobo encontró a su verdadera presa. El momento en el que la bestia le exigió estar al lado de Regulus lo único que hizo fue sentir terror, no caería ante los bajos deseos del lobo.

Se negó a si mismo que el ronco susurro del Slytherin lo había hecho vibrar de emoción, que las firmes manos que lo sujetaron lo habían asustado, porque si ya guardabas a un hombre lobo dentro de ti a que más le podías tener miedo... pero le había temido a Regulus.

Cuando respiro profundamente sintió que Regulus Black olía a menta, lluvia y ... noche, olía como las noches de luna llena a las que él tanto temía, tembló en su agarre y cuando lo sintió aflojar se desprendió de él y huyo. Ese encuentro en los baños fue lo que marcó la diferencia.

Desde ese día no pudo evitar volcar su mirada hacia Regulus Black; a diferencia de Sirius, Regulus era callado y estoico, parecía amable con todos pero esa expresión agradable parecía solo una máscara. Caminaba con elegancia y altanería, como si fuera superior a todos los demás, pero a quien engañaba, Regulus era mejor que casi todos.

Altas calificaciones, buscador en el equipo de quiddich, premio anual y prefecto, adorado tanto por chicas como por chicos, de una ancestral familia mágica, con una apariencia pulcra, con un físico de muerte por sus prácticas de quiddich, y su rostro parecía una obra de arte, piel pálida como el marfil, enmarcada con un perfecto cabello oscuro ligeramente ondulado, labios fino y ojos de un color gris oscuro... si, Regulus podía ser considerado un ser perfecto.

Pero Remus lo notaba, tal vez era porque durante toda su vida él se había visto obligado a esconder su verdadera naturaleza, y quizás por ello notaba que Regulus hacía lo mismo, cuando lo veía tratar mal a mestizos o niños hijos me muggles se notaba en su mirada que no lo estaba disfrutando, hasta parecía que prefería estar en cualquier otro lado, pero aun así lo hacía por las apariencias.

Se notó a si mismo pasando más tiempo con Sirius, solo porque cuando estaba junto a él podía sentir el parecido con Regulus, pero no era lo mismo, y usar a su amigo como un sustituto lo hacía sentir miserable.

Esos días se decía a si mismo que no tenía otra opción, no había manera alguna de acercarse al mayor de los Black, a parte que siempre estaba rodeado de niñas tontas, sabía que un acercamiento fortuito ocasionaría un rechazo absoluto. Pero quería saber más, quería saber que se empeñaba tanto en esconder.

El día que sus padres le dijeron que estarían fuera hasta la víspera de navidad fue que Sirius lo invito a pasar esos días en su casa, mentiría si dijera que no se había emocionado con el hecho de compartir techo con Regulus, pero escondiendo lo mejor que pudo su emoción acepto.

Estaba preparado para todas las malas vibras que recibiría al llegar a esa casa, después de todo Orion Black aún vivía y como muchos otros nobles estaba obsesionado con la pureza de la sangre; por varias horas escucho como Sirius se quejaba porque los elfos no le servían, pero en un momento un elfo algo viejo y en su opinión furioso se hizo presente para atender a sus peticiones.

Mi Verdadero SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora