Novela "El amor Vs. La muerte" F. A. B. Agust

Soy la chica buena.

Capítulo 10:

La rubia de grandes senos se quedó mirando a Justin de una forma peculiar, estaba tan sorprendida de verlo que Abby temía que se le despegara la mandíbula de la cara. La muchacha estaba bien proporcionada, su cuerpo tenía más curvas que una pista de carrera de la F1, un enorme trasero estaba abarrotado debajo de un ceñido vestido color crema, los senos comprados parecía que iban a reventar la cremallera dorada que decoraba el frente de ese diminuto vestido y las piernas bronceadas centellaban con la luz fuerte que el sol de media mañana irradiaba. De un segundo para otro ella se abalanzó sobre Justin y a Abby se le dispararon los celos, si bien no eran nada, compartían tanto tiempo juntos que los sentimientos llegaban a confundirse, puso los ojos en blanco y tomó con firmeza el brazo de la chica haciendo que se separara bruscamente de él. La joven la miró con el ceño fruncido y Afrodis hizo un gesto con sus cejas dando a entender que no comprendía su comportamiento.

-¿Quién es esta falsa morocha Jared?- "Falsas tus tetas" pensó Abby mientras intentaba asesinar con la mirada a la despechugada joven.

-Falso es la mitad de tu cuerpo, no mi cabello. Y él no se llama Jared.- Justin movió su brazo y acarició con la palma de su mano la espalda de Abby, algo no andaba bien y ella comenzó a tener una leve impresión de lo que era.

-Hola Anastasia, hace tanto tiempo que no te veo.- La impecable y matadora sonrisa de Justin se apoderó de su rostro, ¿acaso estaba bromeando? Ése no era su nombre, él no era el chico que la pechugona buscaba. ¿O sí? Ella sintió como la mano de Justin se alejó de su espalda y estrechó en sus brazos a la rubia, la cólera volvió a subir como un volcán en erupción y decidió que debía calmarse. ¿Pero cómo diablos hacerlo si estaba viendo ese franeleo constante? Al mirar hacia atrás de la joven, un muchacho de cabello castaño, unos cuantos centímetros más alto que ella y de buen porte estaba recostado en un Mercedes Benz blanco descapotable, con las manos en los bolsillos y mirando directo hacia ella, cuando sus miradas se cruzaron él sonrió y Afrodis respondió con un rubor de mejillas mientras desviaba la mirada.

Hasta de esa patética escena que se estaba llevando a cabo bajo sus narices, decidió comenzar a caminar. Justin gritó su nombre varias veces pero Abby no se inmutó, dobló la esquina y desapareció de la vista de ellos. No iba a quedarse ahí, viendo como la rubia comía la boca de Justin en un agitado y vulgar beso, las manos de él en su trasero le dieron repulsión y había tomado la decisión más sensata irse directo a... ¿A dónde iría? No sabía dónde carajo debía comenzar su próxima misión. Por un instante se sintió desolada e inútil, Justin siempre la conducía a todos lados y tomaba el camino indicado sin siquiera consultarle, era como su guía, pero ya no más.

-Piensa Afrodis, piensa.- Se masajeó las cienes con las manos e intentó concentrarse. Tal fue la concentración que la cabeza comenzaba a retumbarle, una luz la hizo abrir los ojos y frente a ella apareció un portal. No muy convencida miró hacia ambos lados de la calle y al no divisar a nadie observándola se introdujo en él.

Del otro lado del portal pudo ver una playa inmensa, arena blanca y fina bañada por un mar turquesa e interminable. Cruzó la bruma y sintió debajo de sus borcegos negros con tachas, el peso que ejercía la arena, el viento cálido golpeo su rostro y concibió como el calor la invadió. Esa pesada campera de cuero que había tomado prestada de Justin comenzó a pesarle, después de haber caminado dos millas sin parar por el borde de la playa estaba exhausta, se quitó la chaqueta y la colgó de su hombro izquierdo. Una brisa cálida golpeo sus brazos desnudos y se arremolinó bajo la musculosa con la inscripción de "NIRVANA" en el frente, tenía un aire rockero y pesado, Justin había insistido que ese era su look. Se arrodilló para desprender los borcegos cuando de pronto un grito se sintió a lo lejos, no había tiempo de preocuparse por la comodidad y decidió comenzar a correr hacia ese lugar.