¿Te habré conocido algún día?

20 0 0
                                    

CAPÍTULO 6

-Quiero descansar.- Abby se sentó bajo un enorme árbol frondoso, sus ramas formaban una copa perfectamente redonda que los cubría del insoportable sol que azotaba sus cabezas. Eran las tres de la tarde en África y el calor estaba carcomiendo la piel de la joven, Justin estaba tan acostumbrado a eso que no se inmutaba, aunque en su frente algunas gotas de sudor comenzaban a formarse, él las desparramó con el dorso de su mano.

-Vamos, debemos continuar ya casi terminamos por hoy.- Él se puso de cuclillas frente a Abby pero ella no lo miró, no después de lo que había hecho en Roma. El muy maldito la había dejado en un bar sentada, sola por tres horas mientras él se revolcaba con la camarera en el almacén del restaurant.

Afrodis no podía sacar de su cabeza la cara de felicidad y ensueño que tenía la puta camarera cuando volvió, contrarrestaba perfecto con su mal humor y vergüenza ajena. Había pedido tres porciones de Lemon Pie y dos submarinos para acompañar, nada fue suficiente, nada endulzó su bronca, se había dado cuenta de que Athos solo buscaba sexo, placer y ella no sería una más de sus conquistas, nunca. No entregaría su virginidad a un hombre que había recorrido tantos cuerpos como un camionero de larga distancia recorría las rustas de los Estados Unidos.

Solo sabía una cosa, su compañero le provocaba repulsión, odio, asco y sobre todo vergüenza. Maldecía al destino, a Zeus y Leto por mandarla a esta odisea con una criatura tan despreciable, no le entraba en la cabeza como alguien tan hermoso, perfecto, con esos ojos brillantes como el sol y su piel tan suave como la seda, podía ser tan indigno y repulsivo.

-No me moveré, solo quiero descansar.- Justin acercó su mano izquierda a la mejilla de Abby pero ella lo alejó de un manotazo, él al principio no entendió su reacción pero después pudo ver con claridad sus sentimientos, estaba celosa.

-Eh… gatita. No desafíes a la muerte.- El coraje reverberó en el interior de Afrodis y levantó su vista fijando la mirada en los ojos color miel del muchacho, con ímpetu y soberbia, era una de las pocas que se le enfrentaba y que se atrevía a mirarlo de esa forma. Había odio en su mirada, una diosa, la diosa del amor, sentía odio y eso lo alegró. – Tienes malos sentimientos. Poco digno de una diosa.- Abby retiró al instante la mirada y se paró del golpe dejándolo en cuclillas frente al tronco del árbol donde anteriormente estaba sentada.

-Vamos.- Sin decir otra palabra comenzó a caminar y él la siguió, Abby no sabía muy bien hacia donde estaba yendo, todo este tiempo Justin fue su guía, él la conducía por el mundo sin problemas y ella no se quejaba, tal vez algún que otro reclamo pero nada más que eso.

-¿Sabes a dónde estamos? Hace tres kilómetros que te sigo y sigo viendo esa selva detrás de nosotros.- Justin se giró y apuntó con el dedo pulgar a la inmensa masa de árboles verdes que se elevaban sobre la tierra seca y agrietada por el sol. Abby se detuvo en seco y lo miró, podría matarlo en ese instante, el pequeño problema es que él era la muerte.

-Provocas sentimientos en mi persona que no debería sentir. Te odio Athos, odio este maldito destino y maldigo a todos los dioses por ponerte en mi camino. Eres un ser despreciable, asqueroso, repulsivo, que solo posee mujeres con el objetivo de encontrar placer. No mereces ser llamado el dios de la muerte.- Justin conservaba una sonrisa burlona hasta que esa última frase salió de los labios de Abby, hirió su ego, ese comentario caló hondo en las fibras de su persona.

-¿Eso crees?- Su voz fue ronca, tranquila y tenía un destello de maldad. Abby asintió todavía sosteniéndole la mirada con todo el coraje y la valentía que su cuerpo poseía, las manos le temblaban, el cuerpo entero estaba estremecido de sentimientos inexplicables y todos provocados por él. Ese maldito señor de las tinieblas, el hijo del mal.

Novela "El amor Vs. La muerte" F. A. B. AgustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora