CONTINUACIÓN

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Iré a ver los platos *le dije* - No yo preparé todo siéntate en la mesa

Hay me quedé esperando... se hicieron las cuatro y poco a poco se iban hasta que solo se quedó Daniel, Alejandro y su mamá.

Su mamá me agradeció por pasar con ellos, no lo podía creer fue algo sorprendente.

Daniel ya vámonos *dijo su mamá* Iré enseguida *dijo él*

Me abrazó y me dio el mejor beso que me pudieran dar, me dijo que tenia que viajar por dos semana fuera del país me puse triste y se notaba... No estés así *me dijo él* tranquilo amor espero todo te vaya bien *le dije* se despidió y yo nuevamente quedé sola...

No tanto vi a Alejandro atrás de mi se despidió con un beso muy largo en la mejilla fue extraño muy extraño...

CAPITULO 5

A los tres dia volvimos a casa no sabía nada de él

-¿Se puede?

Yo escribía en mi cuaderno, cuando escuche su voz, mi estómago se contrajo y mis latidos empezaron aumentar, alce la mirada y ahí estaba parado era Daniel, lentamente me quedaba sin respiración mis manos me temblaban y quería correr y abrazarlo, pero mis piernas no respondían, lo mire, pero él no volteaba a verme, tal vez no me había visto.

-¿puedo pasar profe?, volvió a preguntar.

-¿Por qué tan tarde Joven? Respondió el profesor.

-Más tarde explicaré, ¿puedo pasar?, respondió en un tono grosero.

Recorrió con la mirada todas las bancas y al fin miro en donde yo estaba, agacho la mirada y se fue a su lugar, así pasaron todas las clases, y él no se acercaba a hablarme, me sentía tan intrigada, ¿Por qué ni siquiera me había sonreído?

Llego la hora del descanso él se paró rápido y salió de la puerta, me pare sorprendida, y fui tras de él, pero caminaba muy rápido, llego a la cafetería, y no entendía lo que sucedía, se supone que él me tenía que buscar, pero fue todo lo contrario, tenía una actitud muy diferente, él no era así, incluso hasta se sentó con los populares, que le pasaba por la cabeza, yo no le había hecho nada, fui por un emparedado y me fui a sentar sola, no podía comer, tenía un nudo en la garganta, y alguien me tapo los ojos, voltee y era Alejandro.

-Cuñadita, ¿me extrañaste?, porque yo sí.

-No me digas así, y no te extrañé.

-¿Qué tienes?, ¿estás enojada?, ¿ya viste quien regreso?, deberías estar feliz.

¿Feliz?, él ni siquiera me dirigió la palabra, no me habla, no me mira, en el descanso no me espero.

-Pero tal vez, no sabe cómo hablarte, ha de pensar que estas enojada con él.

-No lo creo, si pensara eso, no me haría enojar más.

-tranquila Sofía, al rato yo arreglaré las cosas.

-No déjalo así, si no quiere hablarme entenderé. Salió una lágrima y mire hacia abajo.

No llores Sofía, él no está enojado contigo, siempre se pone raro cuando sale de viaje, ya verás que se le quitará y te buscará.

-estoy bien le respondí, y me sequé la lagrima, apenas podía hablar, y dime tú, por que te desapareciste dos semanas, no supe nada de ti.


Ella es SOFIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora