Bonus Track: San Valentín

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Tres semanas después del incidente en casi me desayuno a uno de mis compañeros de curso, pasó algo inesperado. Bueno, más inesperado que de costumbre, para mí.

El día comenzó como cualquier día típico en Forks, es decir: con una lluvia ligera que se convirtió en un chaparrón intenso para luego cambiar a una niebla espesa. Todo estaba tan empapado y tan verde como siempre, y todo el mundeo llevaba los mismos impermeables y botas que de costumbre.

Fue al llegar al estacionamiento y encontrar a mis autoproclamados lacayos Mike y Eric, a quienes desde hacía poco Tyler también hacía compañía, que descubrí que algo marchaba mal. Normalmente sólo uno de ellos, el primero en llegar, me esperaba en el estacionamiento, mientras los otros dos le echaban miradas envenenadas desde lejos. Parecían haberse dado cuenta que sólo les hablaba al aire libre, por lo que aprovechaban esos momentos de mi locuacidad al máximo. Aunque nuestras charlas eran completamente intrascendentes, ellos parecían más que conformes con eso.

-¡Buenos días, Bella! –corearon desordenadamente ni bien abrí la puerta de la Chevy.

-Hola, chicos –respondí con un suspiro. Tomé la mochila y salté fuera, cerrando la puerta tras mí.

-"La rosa es roja,

la violeta, azul;

la miel es muy dulce

y así eres tú"

El recitado de Mike me tomó tan de sorpresa que no reaccioné a tiempo. Ya lo tenía frente a mí, tendiéndome una cajita roja con forma de corazón con un gran moño dorado.

-¡Feliz San Valentín! –añadió él, al ver que yo no reaccionaba.

Recién entonces caí en la cuenta. Era catorce de febrero. San Valentín. Nunca antes esa fecha me importó. No había recibido chocolates antes, cuando aún podía comerlos, y el que Mike me estuviese mirando ansioso, con una gran sonrisa en sus mejillas tan apetitosamente sonrojadas, y con su corazón latiendo más rápido de la normal, podía oírlo... bombeando esa sangre cálida y deliciosa...

Detuve el hilo de mis pensamientos ahí. Tenía que concentrarme en agradecerle el regalo, no en ver a mi admirador como mi próxima cena.

-Gracias, Mike, es muy tierno de tu parte –contesté, tomando la cajita. Podía ver los bombones, de chocolate con leche y relleno de trufas, a través del plástico rojo.

-La verdad, preferiría ser "galante" o "caballeroso" antes que "tierno" –masculló Mike.

Le di una media sonrisa que hizo a su corazón desbocarse y caminé velozmente al edificio escolar. Odiaba que una simple sonrisa deslumbrara de ese modo a la gente, más aún si yo estaba sedienta.

Me pareció que Eric y Tyler también querían decirme algo, lo cual sólo hizo que me apresurara más. Que me tuviesen la puerta, se sentaran conmigo en la cafetería o se esforzaran en hacer pareja conmigo en el bádminton ya era bastante, pero que me regalaran chocolates y pretendiesen salir conmigo, definitivamente era demasiado.

Si solo supieran que, si yo saliera al cine y a cenar con cualquiera de ellos, lo más probable sería que mi acompañante se convirtiera en mi cena...

.

La primera clase pasó sin pena ni gloria. Mis deberes estaban perfectos, como de costumbre. Pude responder irreprochablemente a la única pregunta que la profesora me hizo, gracias a lo cual me quedaba bastante aire en los pulmones cuando salí al pasillo en dirección a la segunda clase.

Por si acaso, seguí con mi rutina de ir a respirar al patio, y fue allí donde me encontré a Lee, un muchacho con el que compartía varias clases. Solíamos saludarnos con cabeceos, pero esa era toda la interacción que habíamos tenido.

El jardín de senderos que se bifurcanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora