Carlisle tuvo una visión. En sí mismo, esto ya era alarmante; él no solía ver el futuro salvo que fuese algo muy grave. No habíamos olvidado la visión de Alice de hacía un par de semanas, pero ésta era ligeramente diferente, más amenazante.
Al igual que en la de Alice, el tal Aro estaría llegando a casa, acompañado de parte de su guardia. Jane, Alec, Demetri, Felix, Chelsea y Renata lo escoltaban, y me asustó el temor con que Carlisle los enumeró. Pero había más. Sulpicia, la esposa de Aro, los acompañaba también en la nueva visión. Yo no lo comprendí, pero para todos los demás ésta pareció una pésima noticia.
-Sulpicia es capaz de manipular la mente para hacer dudar -me explicó Carlisle, que había palidecido aún para términos vampíricos-. Puede hacerte dudar de todo, de lo que piensas, lo que ves, lo que sabes, lo que recuerdas... es enloquecedor. De hecho, suele conducir a la locura.
Estábamos en el salón. Eran cerca de las tres de la madrugada de uno de los escasos días de Forks en que no había más que unas pocas nubes en el cielo y nada de lluvia. Oficialmente, yo me había ido de campamento con los Cullen, aunque en rigor apenas si habíamos salido hasta un prado cercano. Y ahora, tras la visión de Carlisle, todos nos habíamos reunido en el salón, deliberando qué hacer.
Jasper estaba de pie, mirando la pared cristalera fijamente. Carlisle estaba sentado en el sofá con expresión meditabunda. Esme estaba junto él, acariciándole suavemente el cabello, sin quedar en claro quién consolaba a quién. Rosalie se mordía un nudillo con expresión pensativa; Emmett estaba serio, pero no parecía mayormente preocupado. Edward estaba junto a mí, con una expresión mezcla de nervios y preocupación en sus rasgos. Alice se había sentado con las piernas cruzadas en un sillón, y tenía una expresión concentrada a la vez que neutra y como en blanco; estaba fisgoneando el futuro.
-Vienen hacia aquí, pero no puedo ver cuándo -reconoció Alice-. Hay algo... una decisión que aún no está tomada. Vendrán... pero todavía no lo saben...
-¿Qué vamos a hacer? -susurró Esme, poniendo una mano en la encorvada espalda de su marido-. ¿Huimos? ¿Nos escondemos?
-No serviría -musitó Edward, tenso-. Demetri va con ellos. Nos encontrará en menos tiempo del que necesitamos para escondernos.
-Hay una remota posibilidad... -meditó Jasper.
-¡No! -gruñó Edward de inmediato.
-Dije que era una posibilidad, no que tuviésemos que hacerlo -repuso Jasper en tono neutro.
-Claro, es que... dejarlo solo... -siseó Edward, nervioso-... no sólo no es correcto, sólo ganaríamos tiempo. Nos encontrarán de todos modos, tarde o temprano...
-Por favor, ¿podemos discutirlo entre todos? -gruñó Rosalie.
-Jasper tiene razón en algo, y es que Demetri en rigor sólo conoce y puede rastrear con facilidad a Carlisle -explicó Edward en un tenso susurro-. Si los demás nos alejamos, tenemos una remota posibilidad, pero sólo de ganar tiempo. Demetri irá tras Carlisle, y cuando lo hayan encontrado, Aro revisará su mente, nos verá a los demás, y nos darán caza también.
-No veo por qué -respondió Carlisle con voz compuesta, pasando la mirada por cada uno de nosotros-. Si se alejan sin decirme a dónde, ellos no tendrán cómo localizarlos.
-No te dejaremos solo -dijo Esme con voz firme-. Si no me equivoco, Demetri puede ubicar cualquier mente, aún a enormes distancias, aunque es más fácil con los que ya conoce. Entonces, localizarnos a los demás le tomará un poco más de tiempo, pero llegará a nosotros tarde o temprano.
-Es cierto... -Jasper parecía abatido-. No hay nada que hacer.
-¡Enfrentémoslos! -exclamó Emmett, sonriente y feroz. Por un momento, me dio miedo-. ¡Démosles su merecido!
ESTÁS LEYENDO
El jardín de senderos que se bifurcan
RomansEsta historia pertenece a CruzDelSur y los personajes a Stephanie Meyer. Pueden encontrar el fic en Fanfiction.net Resumen: Bella se muda a Forks con la excusa de darle espacio a su madre... pero la verdad es que fue convertida en vampiro en Phoenix...