Capítulo 6 -El mismo día otra vez-

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Me desperté de golpe, y el sol de la tarde me cegó por completo durante varios segundos. Debían ser alrededor de las cinco. Me incorporé y vi a Matthew sentando a mi lado tocando la guitarra.

—Oh, lo siento, te he despertado. —Matthew dejó de tocar al darse cuenta de que estaba despierta.

Miré a mi alrededor algo confusa, no recordaba haberme dormido en mitad del claro, con Matthew al lado. Y entonces caí en la cuenta. Sólo había sido un sueño. Había sido un horrible sueño, en el que Scott y Natalie salían en la velada y cantaban juntos, y luego en la tienda Scott me decía que Natalie era su novia y que estaban saliendo en secreto. 

Me empecé a reír del alivio que comencé a sentir. Todavía había posibilidades con Scott Hudson.

—¿Cuánto he dormido? —le pregunté a Matthew, estaba totalmente concentrado afinando su guitarra.

—Oh, una hora. No te preocupes, hoy nos han dado dos horas de tiempo libre, hasta las seis.

Miré extrañada a Matthew. ¿Dos días seguidos dejándonos dos horas de tiempo libre? Eso era muy extraño.

—¿Como ayer? —volví a preguntar, y él arrugó la nariz, siguió sin levantar la mirada de las cuerdas de la guitarra.

—Ayer sólo tuvimos una hora.

—No, ayer nos dieron dos horas. —le dije, y esta vez él levantó la mirada y me miró—. Que sí, que ayer me castigaron a lavar los platos con Amelia, y después fui a hablar con Jeffrey. 

—Victoria, eso ha sucedido hoy.  

—¿Qué? No. Eso es imposible. Recuerdo perfectamente estar en la velada, y...

—Lo habrás soñado, Victoria. —se rió—. Lavar platos con Amelia te ha tenido que afectar gravemente.

Eso pensaba yo, hasta que que llegó la velada de aquella noche.

Y sí, Scott salió a cantar una canción, pero no solo, con Natalie.

Era como si estuviese volviendo a revivir aquella tarde. Estaba rayándome cada vez más, y no entendía nada de nada.

—Esta canción que hemos cantado Natalie y yo, quería dedicársela a una chica especial. —sonrió Scott al terminar de cantar, Natalie y Scott se volvieron a mirar.

Estaba sucediendo todo como en el sueño. Aunque ya estaba empezando a dudar si ese sueño tan real, era más que un sueño. Estaba segura de que todo lo había vivido ya.

Confusa, me dirigí rápidamente a la tienda de campaña, y me puse el pijama. Natalie, Amelia y Marie tardaron más en llegar y en vestirse.

—¿Victoria? —me sobresalté al escuchar la voz de Scott en el exterior. Tenía la sensación de lo que me iba a decir, era justamente lo que me había dicho en aquel especie de sueño demasiado real.

—Parece que tu príncipe te necesita. —rugió Amelia, que me miró con odio.

Vale, todo estaba pasando justamente como en el sueño ese. 

Eso sólo quería decir una cosa, no podía desperdiciar ese momento, tenía que usar esas ventajas que tenía a mi disposición. No podía confesarle lo que sentía por él, así, él no me diría que su novia era Natalie, y yo jugaría con ventaja. 

Abrí la cremallera de la entrada de la tienda, y dejando un pequeño hueco, asomé la cabeza. Scott me miraba de pie, y sonrió al verme aparecer. Se agachó, para que nuestros ojos estuviesen a la misma altura.

Daría el mundo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora